Estados Unidos e Irán rebajan tensiones

Bá Thi
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(VOVWORLD) - Dos días después del lanzamiento por parte de Irán de misiles contra dos bases con presencia de tropas estadounidenses en Iraq, en venganza por el asesinato del viernes pasado del general Qassem Soleimani por parte de Washington, parece que ambas naciones apuestan por rebajar las tensiones. Eso hace tranquilizar a la opinión pública recpecto a reducir temporalmente el riesgo de un conflicto bélico en Oriente Medio.
Estados Unidos e Irán rebajan tensiones - ảnh 1 El presidente de Estados Unidos en la rueda de prensa posterior al lanzamiento de cohetes de Irán contra dos bases militares en Iraq el 8 de enero (Foto: AP)

Numerosos analistas y expertos internacionales comentaron que Estados Unidos e Irán no quieren ir a la guerra, incluso durante el clímax de las tensiones en Oriente Medio con la muerte del jefe de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní en un ataque de Estados Unidos el 3 de enero y la respuesta del país persa con el lanzamiento de cohetes contra dos bases aéreas en Iraq, que acogen a militares norteamericanos, en la madrugada del día 8. Afortunadamente, en los momentos más críticos, tanto Washington como Teherán mostraron gestos positivos dirigidos a reducir las tensiones.

Irán no busca escalada, ni guerra

Después del ataque de represalia, líderes iraníes afirmaron que se completó su objetivo de venganza contra Estados Unidos, lo que implica que no se tomarán más medidas militares, aunque advirtieron que las reanudarán si Washington intensifica su confrontación. El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, aseguró que el ataque con misiles es una medida proporcionada en respuesta a la muerte del líder de la Fuerza Quds, y agregó que Teherán “no está buscando una escalada, ni la guerra, pero se defenderá de cualquier agresión”.

Agregó que su país efectuó y concluyó medidas proporcionadas en defensa propia en virtud del artículo 51 de la Carta de la ONU, atentando contra una base desde la cual anteriormente Estados Unidos lanzó un cobarde ataque armado contra sus ciudadanos y altos funcionarios.

Por su parte, el líder supremo iraní, Ali Jamenei, aseguró que la operación supone “una bofetada en la cara de Estados Unidos”, y exhortó a "expulsar a las tropas norteamericanas de Medio Oriente”. Sin embargo, no mencionó la posibilidad de realizar más actividades militares, en lugar de eso, elogió al general Soleimani como una persona valiente, reflexiva y cautelosa.

Además, Irán se puso en contacto con Estados Unidos a través de al menos tres canales, incluidos Suiza y otros países, para transmitir el mensaje de que Teherán ya “tomó represalias” y espera para ver cómo reaccionará Washington.

Respuesta cautelosa de Estados Unidos

Pocas horas después del ataque iraní, el presidente estadounidense, Donald Trump, señaló que los misiles lanzados en sus dos bases militares ubicadas en Iraq no causaron daños humanos. Se considera que esta declaración es un paso importante y una señal de que Washington no responderá militarmente a Teherán, ni encenderá la llama del conflicto en la región. El senador Rand Paul escribió en Twitter que “El presidente Trump no quiere una guerra sin fin”.

Según analistas, la razón por la cual el ocupante de la Casa Blanca no continuó su confrontación militar fue porque el ataque de Teherán no causó bajas, junto con las declaraciones conciliadoras posteriores de dirigentes iraníes. En cambio, Trump anunció imponer más medidas punitivas contra ese territorio.

A parte de eso, el 9 de enero, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, liderada por el Partido Demócrata, aprobó con 224 votos a favor y 194 en contra la Resolución de Poderes de Guerra, cuyo objetivo es restringir la capacidad del mandatario norteamericano de utilizar acciones bélicas contra Irán sin la aprobación del Congreso.

Preocupación y escepticismo

Con los anuncios lanzados por dirigentes de ambas naciones y los sucesos acontecidos, muchas opiniones creen que una confrontación militar entre ambas partes se ha suspendido temporalmente. Sin embargo, otras siguen siendo escépticas y estando preocupadas por el riesgo del aumento de las tensiones en Medio Oriente.

La preocupación surgió principalmente de la declaración del general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, quien dijo que los misiles iraníes en el atentado del 8 de enero estaban destinados a “matar a soldados estadounidenses”. Advirtió que los grupos islámicos chiítas respaldados por Irán continuarán llevando a cabo ataques contra las fuerzas norteamericanas en Iraq y Siria. Tal anuncio de Milley plantea la posibilidad de que Estados Unidos no haya ignorado por completo a Irán después de su asalto, a pesar del mensaje pacífico del presidente Trump.

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