El embajador estadounidense en Iraq, Matthew Tueller. (Foto: Rudaw) |
En su declaración, la cancillería iraquí sostuvo que los bombardeos estadounidenses violaron descaradamente la soberanía de Iraq y fueron en contra de la misión acordada por la alianza internacional.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, los catalogó como actos de agresión contra su país, lo que llevaría a una guerra en Iraq, en la región y el resto del mundo.
El mismo día, la Asamblea Nacional iraquí aprobó una resolución que exige al gobierno de Bagdad poner fin a la presencia de las fuerzas militares extranjeras en su territorio y asegurar que ninguna fuerza foránea pueda utilizar el suelo, el espacio aéreo y las aguas territoriales de Iraq por cualquier motivo.