(VOVworld) -El culto a la Diosa Madre se desarrolló con vehemencia bajo el reino de la dinastía Le en el siglo XV y se ha mantenido hasta la actualidad gracias a características muy vietnamitas en su naturaleza basadas en la honra a la Madre y a los héroes nacionales.
Acompañando la vida cultural y espiritual de los vietnamitas a lo largo de los siglos, el culto a la Diosa Madre se ha convertido en un soporte anímico para ellos. Lo es también para aquellos que en su conciencia llevan siempre recuerdos sobre la historia, el pasado y los méritos de los antepasados y héroes nacionales. Nguyen Tien Dung, especialista del Centro de Investigación y Conservación de la Cultura y los Cultos Populares de Vietnam, manifiesta que el valor más importante de este culto es la fe de la gente: “Esta práctica nos enseña a vivir de acuerdo con la bondad, la caridad y la cercanía humana, cuyos principios se originan de la paz nacional, el bien para las cosechas, la prosperidad y la felicidad de la gente. No solamente los ciudadanos se ven positivamente orientados por este culto sino también las autoridades competentes de este legado han logrado adoptar una visión más abierta y renovada. En este sentido, cada uno al darse cuenta de la belleza y las virtudes del culto a la Diosa Madre sabrá cómo acercarlo a una mayor parte de la población.”
El culto a la Diosa Madre es una identidad cultural de los vietnamitas
Dicho concepto espiritual abarca diversas expresiones artísticas como escultura, arquitectura, danza, artes marciales, gastronomía y moda, que son el fruto de los años que viene acompañando a la gente.
Los “Thanh đồng” (médiums) son representantes que transmiten los anhelos del ser humano en la vida real a la “otra vida” a la que pertenecen los Reyes, espíritus, los Tíos, las Tías y cortesanos. Bui Thanh Kien, un médium, relata que cuando entra en trance, pronuncia oráculos en nombre de los espíritus acerca de la razón y las cosas buenas consideradas capaces de brindar prosperidad, suerte y felicidad a los creyentes. : “En el rito, al encarnar a cortesanos, manifiesto un estilo majestuoso y con ropaje formal en ese momento paranormal. Cuando encarno a “hàng chầu” - hadas que descienden a la tierra como personajes populares a fin de salvar a los humanos en situaciones adversas. El ritual “hầu đồng” original debe ser así.”
La belleza del culto a la Diosa Madre es la solemnidad, la majestuosidad y la conservación de la tradición. Mientras que están practicando la ceremonia, los médiums en el fondo se sienten diferentes a una persona cualquiera. Nguyen Thi Mat, una médium, dice: “No se puede encarnar a los espíritus cuando éstos no se presentan. Soy una persona cuidadosa, ahorradora y fiel con mi marido y mis hijos, por otro lado soy capaz de efectuar ritos espirituales por llevar un corazón bondadoso y armónico con los dioses. Aquellos que no muestran su verdadero espíritu interior actúan como “hầu bóng” en la ceremonia, o también se les llaman “ông đồng” o “bà đồng”. Cuando el espíritu de un dios se une con el corazón humano, los médiums como nosotros podemos bendecir a la gente.”
El culto a la Diosa Madre contiene numerosos valores culturales y tradicionales sumamente variados. Honrar al símbolo de la Madre coincide con el amparo, la reproducción y la creatividad. A diferencia de otras religiones y costumbres, éste orienta a la vida real, presente y cercana, es decir, no guía al ser humano y su fe en la vida tras la muerte sino la actual, en la que todos necesitamos buena salud, prosperidad, talento y buena carrera profesional.
El reciente retorno de esta práctica ha brindado una nueva cara a la vida cultural y espiritual de los vietnamitas, contribuyendo a conservar la tradición popular. El Subdirector de Cultura, Deportes y Turismo de Hanoi, Nguyen Khac Loi, comenta que el Ministerio está preparando un expediente para presentarlo ante la UNESCO, con el objetivo de que reconozca el culto a la Diosa Madre como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, lo que afirmaría los valores que merecen seguir siendo conservados de esta costumbre. Nguyen Khac Loi continúa: “En primer lugar hay que reafirmar que el culto a la Diosa Madre es una peculiaridad de los vietnamitas. En segundo lugar, se caracteriza por la humanidad y la educación hacia el bien. Un tercer aspecto notable es su vivacidad. Es debido a tales razones por las que muchos investigadores opinan que el culto a la Diosa Madre constituye un auténtico museo vivo que no existe en ninguna documentación sino reflejada en ceremonias reales. Ello es el punto de partida fundamental de la solicitud ante la UNESCO con vista a que sea reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.”
Varias actuaciones en el Festival del Culto a la Diosa Madre concluido recientemente
En la vida contemporánea, el culto a la Diosa Madre se está desarrollando considerablemente en las urbes y cada región posee sus propias singularidades que atraen a distintos sectores sociales. En 2009, fue celebrado en el templo de Lanh Giang, Duy Tien, provincia Ha Nam, por el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo en colaboración con el Comité Popular provincial. En 2010, se llevó a cabo el Primer Festival del Culto a la Diosa Madre en el delta del río Rojo en la Escuela de Meditación Metafísica de Truc Lam, Tam Dao, provincia Vinh Phuc. Recientemente el Segundo Festival celebrado en Hanoi contó con la participación de más de 170 médiums y grupos de prácticas espirituales provenientes de la capital y otras provincias, como muestra del creciente desarrollo de este culto en la vida actual./.