Desde la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos, Martin Griffiths afirmó que si dicho grupo insurgente cumple el compromiso, podrá transmitir un llamamiento categórico a poner fin a la guerra en Yemen.

En los últimos años, dicha nación ha vivido conflictos bélicos entre los hutíes que siguen controlando Saná, la capital y las fuerzas de la coalición militar liderada por Arabia Saudita que apoya al gobierno yemení reconocido internacionalmente. Los enfrentamientos provocaron la hambruna en perjuicio de millones de personas. La ONU la consideró como una de las peores crisis humanitarias del mundo.