Según la fuente, más de 25.000 personas resultaron muertas y otras casi 63.000 heridas, mientras más de 7.000 fueron reportadas como desaparecidas. La mayoría de las víctimas fueron civiles, de los cuales alrededor del 70% eran niños y mujeres.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó este domingo que las fuerzas armadas de su país seguirán luchando en todos los frentes, ya sea en la Franja de Gaza, el Líbano, Siria o cualquier otro lugar, para garantizar su seguridad.
Al mismo tiempo, el jefe del Gobierno israelí descartó la propuesta del movimiento islámico Hamás que planteaba el intercambio de prisioneros y rehenes, exigiendo que Israel ponga fin a su campaña ofensiva en Gaza y libere todos los prisioneros palestinos.