El artículo del periódico Junge Welt sobre la demanda de Tran To Nga contra los proveedores de la dioxina utilizada el la guerra en Vietnam (Foto: VNA)

En un artículo recién publicado por el periódico alemán Junge Welt, Stefan Kühner señala que el caso abierto en el Tribunal de Gran Instancia de Evry, en Francia, podría ser uno de los últimos esfuerzos por reivindicar justicia para las víctimas vietnamitas de la dioxina rociada por la aviación norteamericana sobre los bosques del país indochino entre 1964 y 1971.

La pieza periodística indica que tal acción de Washington puede considerarse un ejemplo de guerra química, que ha provocado y hoy sigue provocando consecuencias devastadoras, pues las personas expuestas directamente a la dioxina muestran señales visibles de intoxicación y son proclives a sufrir diferentes tipos de cáncer. Además, sus descendientes padecen malformaciones congénitas y otras enfermedades, las cuales han llegado a afectar hasta la cuarta generación.

Sin embargo, sigue Kühner, hasta la fecha la administración estadounidense no ha asumido la responsabilidad ni ha mostrado la voluntad de indemnizar a las víctimas, mientras que las empresas químicas siguen justificándose bajo el pretexto de que produjeron la dioxina por orden del gobierno.

También citó a Tran To Nga, la demandante, quien afirmó que seguirá luchando por los millones de víctimas.

Mientras, el diario suizo Der Bund apreció la determinación de To Nga y consideró que la esperanza de unos 4 millones de vietnamitas víctimas del bombardeo de dioxinas recae ahora en el caso abierto gracias a la valiente mujer de 72 años de edad que también padece los efectos de la sustancia tóxica.

La reclamante y sus socios enfrentan una lucha difícil y prolongada que ya tiene una duración de 7 años, desde su inicio en mayo de 2013, momento en que el Tribunal de Gran Instancia de Evry aceptó la demanda de To Nga contra empresas estadounidenses responsables de lesiones sufridas por ella, sus hijos y muchas otras personas, hasta el juicio celebrado la semana pasada.

El artículo cita a To Nga afirmando que el mundo nunca se debe olvidar de lo que ha provocado la dioxina del Agente Naranja en Vietnam, que los crímenes contra la humanidad deben ser castigados y que las empresas responsables deben rendir cuentas.