El enviado especial de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad. (Foto: AFP/VNA)

Khalilzad hizo esta declaración durante su visita a Doha (Qatar), con el deseo de persuadir a los líderes talibanes de que regresen a la mesa de negociaciones con el gobierno afgano.

El mismo día, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió a los talibanes que detengan de inmediato los ataques y advirtió que la situación en Afganistán se está saliendo de control.

Por su parte, el primer ministro británico Boris Johnson convocó a una reunión de emergencia sobre la situación en esta nación surasiática después de que Estados Unidos retirara sus tropas. A su vez, el ministro de Defensa, Ben Wallace, dijo que Gran Bretaña estaba abierta a todas las posibilidades, incluido el despliegue de tropas de regreso a Afganistán si la situación actual se tornase caótica.

Ante la escalada de violencia, muchos países europeos decidieron cerrar sus misiones diplomáticas en este país del suroeste asiático y evacuar a sus ciudadanos.

La Cancillería francesa aconsejó a sus connacionales que abandonaran el país “lo antes posible”. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Mass, anunció que Berlín reducirá al mínimo el número de personal de su embajada en Kabul, y aumentará las medidas de seguridad.