Al llegar a Vinh Hong en un día soleado y fresco a finales de otoño, los hornos funcionan a toda velocidad y esparcen el olor característico de la terracota. A ambos lados de la carretera principal hay pequeños montículos de arcilla y caolín. En el patio de las casas, se exponen numerosos productos cerámicos, tales como platos, jarrones y vasijas.
Los alfareros de Vinh Hong cuecen sus productos de cerámica en hornos de leña con una temperatura entre 1.200 y 1.300 grados durante 24 horas. |
Según los aldeanos más mayores, esta profesión tradicional se remonta al siglo XVIII. Algunos alfareros procedentes de Gia Lam, que ahora es un distrito suburbano de Hanói, se establecieron en Vinh Hong, dando así origen a este tradicional pueblo de alfarería. Aunque no son tan famosos como los productos fabricados en las aldeas de Bat Trang (Hanói), Huong Canh (provincia norteña de Vinh Phuc) o Chu Dau (provincia norteña de Hai Duong), los de Vinh Hong tienen sus propias características por su elegancia y solidez. Especialmente, los alfareros locales conservan su método tradicional de cocer los productos de cerámica en hornos de leña. Nguyen Xuan Thong, dueño de un taller local, dijo: “Aquí se utilizan hornos de leña tradicionales que son especialmente eficaces a la hora de hornear las piezas grandes. En un horno de leña se pueden cocer cientos de productos. Esta medida puede reducir bastante los costes de producción”.
Las cerámicas de Vinh Hong no se cuecen a 800 grados como normalmente se suele hacer, sino a una temperatura que oscila entre los 1.200 y 1.300 grados, durante 24 horas, por lo que sus productos tienen una excepcional solidez.
Por supuesto, la formación de moldes y el esmaltado también se encuentran entre los pasos más importantes del proceso. Los alfareros más experimentados se encargan de esta etapa, como Nguyen Dinh Cau, quien explicó: “El molde debe tener una buena forma y estar muy caliente, para evitar grietas, ralladuras y dejar muy lisa la superficie de la cerámica”.
Si bien la alfarería es una artesanía centenaria en Vinh Hong, ha experimentado altibajos y el hecho es que la actividad ha disminuido, ya que el pueblo ahora tiene solo 17 talleres. ¿Y qué se hace allí? Principalmente, se elaboran frascos y jarrones grandes destinados a contener alcohol, “nuoc mam” (salsa de pescado) y arroz. Este cambio brinda a los alfareros ganancias mensuales que ascienden a 30 millones de dongs (1.318 dólares), incluso en medio de la actual pandemia, no ha habido demasiados inconvenientes.
Pham Van Thang, secretario del Comité del Partido de Vinh Hong y también director de la sociedad anónima de Thang Lan, dijo: “Organizamos una serie de reuniones para que los alfareros puedan aprender entre sí experiencias e iniciativas en el proceso de producción y consumo de productos. Nos apoyamos mutuamente, por lo que podemos mantener nuestros trabajos pese a la actual pandemia de covid-19”.
Los alfareros de Vinh Hong se enfocan tanto en la clientela nacional como en la internacional. Han formado una asociación, con el apoyo de las autoridades locales, para crear una nueva área de producción con una superficie de 20 hectáreas y hacer del pueblo un atractivo destino turístico. Le Van Tinh, funcionario encargado de los asuntos económicos de la cabecera de Dong Trieu, informó: “Identificamos que la alfarería es un oficio tradicional que debemos preservar y promover. Para ello, pretendemos crear una marca común para los productos cerámicos de Dong Trieu, y montar un centro para ayudar a productores y comerciantes locales a participar en campañas de promoción de ventas”.
Dinámicos y flexibles, los alfareros de Vinh Hong no solo se esfuerzan para adaptarse al ritmo de vida moderno, sino también para preservar su artesanía tradicional y presentar su quintaesencia a amigos internacionales.