Lo primero que salta a la vista cuando se está en Dok Rong es la modernidad de sus infraestructuras. Las vías de comunicación ya están hormigonadas y las casas están sólidamente construidas. En cuanto a la agricultura y la ganadería, sectores económicos claves del poblado, se ha podido percibir que la gestión de ambas ha sido rediseñada claramente en términos de rendimiento y eficiencia; lo que ha traído consigo que el nivel de vida de los habitantes mejore considerablemente, como llegó a confesar Amye, una aldeana de Dok Rong.
“La vida aquí era dura antes. Pero ahora la nueva ruralidad realmente nos ha vuelto a poner en marcha. Para mí, mi práctica de cultivar café se ha trasformado por completo, llegando a ser considerablemente mejor y más eficiente, y me ha permitido mantener mis ingresos de 200 millones de dongs por año. Gracias a eso, he podido construir una nueva casa donde residimos actualmente”.
Dok Rong es un lugar que depende en gran medida del cultivo del café, pero en donde además se cultiva arroz, con dos cosechas anuales. Desde 2019, la red de carreteras locales llega hasta los arrozales, lo que ha beneficiado mucho a los autóctonos, nada de lo cual hubiese sido posible si algunos aldeanos no hubiesen accedido a ceder parcelas de tierra, como lo hizo Ue. “Antes el camino era muy angosto, así que cuando se propuso ensancharlo todos estuvieron de acuerdo. Yo no dudé ni un segundo en ceder parte de mi terreno, y lo hice de buen gusto”.
En 2013, se crearon diez grupos para administrar los cafetos, que se agruparon en una finca común de 1,6 hectáreas, la cual genera ingresos de 200 millones de dongs (8.712 dólares) cada año. Los beneficios obtenidos por esta vía se destinan a la construcción de infraestructuras, tales como la casa comunal, la escuela primaria del pueblo y el suministro de capitales para los hogares en difíciles condiciones. Según A Mien, jefe del poblado, hoy en día, solo quedan 10 hogares con escasos recursos económicos en Dok Rong. En 2021, el ingreso per cápita fue de 60 millones de dongs (2.613 dólares). El hombre señaló: “Si nuestro poblado está tan desarrollado es porque sus habitantes han demostrado una notable solidaridad, especialmente durante la crisis sanitaria derivada de la pandemia de covid-19. Con la modernización de la infraestructura, nuestro nivel de vida sigue mejorando”.
De hecho, la solidaridad juega un papel importante al permitirle a los habitantes de Dok Rong ayudarse entre sí, tanto en términos económicos como en todo lo relacionado con las técnicas de producción agrícola. Sobre esta realidad, Bui Quang Thoai, vicepresidente del Comité popular de la comuna de Glar, dijo lo siguiente: “Dok Rong se ha convertido oficialmente en un poblado que cumple con los estándares del nuevo campo. Lo más importante es que los habitantes están conscientes de la importancia de esta tarea, y trabajan juntos para la prosperidad de su tierra natal y la mejora de su calidad de vida”. En efecto, la nueva ruralidad es sinónimo de reducción de la pobreza y acceso a la prosperidad. Para los agricultores en Dok Rong, este proceso les dará una motivación para continuar construyendo una vida cada vez más próspera en su tierra natal.