El humo se eleva después de los ataques contra refinerías de petróleo sauditas el 14 de septiembre. (Foto: AP)
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El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, informó que el despliegue de refuerzos militares del Pentágono se produjo a pedidos de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, y que ese es un movimiento de naturaleza defensiva. Agregó que las fuerzas estadounidenses se centrarán principalmente en la defensa aérea y antimisiles.
Nuevo aumento de tensiones
El envío de tropas al Oriente Medio se ve como una demostración de la fortaleza de la alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudita. Para Washington, es un paso necesario para proteger a sus principales socios en la región luego de los atentados contra dos plantas petroleras, los cuales atribuyeron a Irán.
Washington no especificó la cifra exacta del contingente a desplegar, pero lo calificó como “moderado” y reiteró que su misión principal solo es para proteger a sus aliados de la agresión iraní. Mientras, algunos expertos comentaron que esa acción solamente aumentará las tensiones en la región. El presidente de Irán, Hassan Rouhani, aseguró que la presencia de fuerzas extranjeras amenaza la seguridad energética y la navegación marítima en la región, y las conminó a “mantenerse lejos” del Golfo para evitar el inicio de una carrera armamentista en la zona. Según Rouhani, la seguridad en el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz y el Mar de Omán debe garantizarse mediante la cooperación de los estados costeros.
Mientras, el comandante de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, mayor general Hossein Salami, dijo que aunque no desean convertir al país persa en un campo de batalla, si fuera necesario preservarían la integridad territorial hasta las últimas consecuencias. A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, no descartó la posibilidad de que la intervención estadounidense conduzca a un conflicto militar a gran escala.
En medio de las crecientes tensiones en el Golfo, el ejército iraní realizó desfiles masivos en Teherán y otras ciudades, incluida la portuaria de Bandar Abbas cerca del Estrecho de Ormuz. En estos eventos, se presentaron numerosos equipos militares modernos, incluidos sistemas antiaéreos. Irán también exhibió drones extranjeros derribados por las fuerzas iraníes para mostrar su determinación de enfrentar las amenazas externas.
No es fácil abandonar
Oriente Medio ha sido durante mucho tiempo un área compleja, donde las potencias mundiales siempre han tratado de mantener una influencia. Aunque la economía de Estados Unidos no depende del petróleo que se produce en la región, mantiene allí una fuerte presencia militar. ¿Por qué? Por una parte, bajo el pretexto de asegurar precios estables al petróleo en el mercado internacional; por la otra, para garantizarse los ciertos beneficios que obtiene en la zona. Sus razones geoestratégicas aumentan en la misma medida que China se esfuerza por tener un mayor papel en el Golfo.
China, el mayor importador mundial de petróleo, adquiere alrededor del 40% de su crudo de la región. Durante más de una década, el gigante asiático ha aumentado sus capacidades extraterritoriales, particularmente en el Golfo Pérsico.
Además de patrullas marítimas contra la piratería en la costa somalí, Beijing construyó cadenas portuarias con fines civiles nominalmente en el Océano Índico. Mientras, la base militar de China en Djibouti le ha ayudado a fortalecer sus capacidades militares.
Las relaciones entre Estados Unidos e Irán en particular, y con la región del Golfo en general, marcan un estado muy sensible. Sin embargo, la opinión internacional espera que las partes involucradas en la tensa situación en Oriente Medio actúen con prudencia para evitar un posible conflicto en la zona.