(Imagen ilustrativa: VNA)

Los actos duros tanto de Irán como de Estados Unidos en los últimos tiempos son interpretados como represalias mutuas. Las sanciones aplicadas por Washington a Teherán durante los últimos 365 días pueden ayudar al país norteamericano a reducir la influencia y la fuerza de Irán, sin embargo traen consigo efectos no deseados.

Ojo por ojo

La situación del golfo Pérsico evoluciona de forma complicada debido a la escalada de las hostilidades entre ambos países en torno al acuerdo conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Desde su abandono unilateral en 2018 bajo el pretexto de que dicho pacto no lograba controlar las pruebas de misiles balísticos o limitar la intervención de Teherán en conflictos regionales, Estados Unidos no deja de aumentar las presiones sobre esa República Islámica, mediante el restablecimiento de medidas punitivas, sobre todo al sector del petróleo.

Teherán ha sufrido penalizaciones consecutivas de Washington, a pesar de que tras inspecciones el Organismo Internacional de Energía Atómica siempre afirma que el país persa acata con seriedad el histórico acuerdo.

En este contexto, que la Casa Blanca considerara el Cuerpo de Guardias Revolucionarias Islámicas de Irán como organización terrorista hizo escalar las tensiones entre las dos partes.

A su vez, Teherán advirtió que bloqueará el estrecho de Hormuz, una ruta marítima importante del mundo. Además, el presidente iraní, Hassan Rouhani, informó este 8 de mayo que dentro de 60 días su país delimitará la ejecución de los compromisos en el PAIC, insinuando el aumento del nivel del uranio enriquecido. Es también el lapso que dio a los otros países signatarios (el Reino Unido, China, Rusia, Francia y Alemania) para que cumplan su promesa de proteger las áreas petrolera y financiera de Irán.

No obstante, pocas horas después de la declaración de Rouhani, el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, emitió un decreto imponiendo sanciones a la minería y la metalurgia, las dos mayores fuentes de ingresos de Irán, después del petróleo. Advirtió que Teherán sufriría acciones similares en otros sectores, salvo que cambie su actitud. De acuerdo con Trump, Estados Unidos no toleraría tampoco a los países que permiten importar metales iraníes.

Paralelamente con el conflicto verbal, la situación en el terreno también causa profundas preocupaciones cuando la primera potencia mundial envió una fuerza militar considerable a las zonas en los alrededores del país persa. Un grupo de combate del portavión USS Abraham Lincoln está en camino a Oriente Medio, mientras las fuerzas aéreas norteamericanas anunciaron el despliegue de un escuadrón de B-52 en la región. Por otro lado, se divulgó la información sobre la movilización por la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán de misiles a la costa, que se dirigen al estrecho de Hormuz.

Inquietudes de la comunidad internacional

La firma del acuerdo nuclear en 2015 fue considerada un acontecimiento internacional de alta relevancia y una victoria de las partes en controlar el programa nuclear de Irán. Y aunque Estados Unidos se retiró de este pacto en 2018, Irán nunca dijo que lo violaría.

Por lo tanto, la declaración del mandatario iraní provoca ciertas inquietudes. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, afirmó que él siempre considera el PAIC un gran éxito de los esfuerzos diplomáticos para frenar la proliferación de armas nucleares y contribuir a la paz y la seguridad de la región y del resto del mundo. Por tal razón, expresó su esperanza de poder salvar ese acuerdo. La ministra de Defensa francesa, Florence Parly, estimó: “No hay nada peor que el retiro de Irán de la PAIC”. Agregó que su país, junto al Reino Unido y Alemania, hará todo lo posible para mantenerlo vigente mediante iniciativas de apoyo a la economía iraní. China también estimó que mantener y cumplir integralmente ese acuerdo es la responsabilidad de todas las partes, además de manifestar su rechazo a las medidas unilaterales de Washington.

El colapso del PAIC supondría un gran peligro para Irán y el resto del mundo. Si Estados Unidos continúa aumentando sus presiones sobre el país persa como declararon algunos de sus funcionarios, puede ser contraproducente esta acción. Entonces, sería un desenlace desastroso para todas las partes y la paz mundial.