Estados Unidos e Irán frente a nueva etapa de tensión

Hồng Vân
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(VOVWORLD) - Apenas un año después del anuncio del retiro de Estados Unidos del histórico acuerdo nuclear firmado en 2015 con Teherán junto a otras potenciales mundiales, el presidente del país norteamericano, Donald Trump, declaró como organización terrorista a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Con este hecho sin precedentes, Washington recrudecerá sus sanciones contra la nación persa, haciendo más difícil su situación. La decisión también profundiza más las contradicciones entre ambos territorios.
Estados Unidos e Irán frente a nueva etapa de tensión - ảnh 1 Imagen ilustrativa: VNA

La Guardia Revolucionaria Islámica es el cuerpo militar de élite fundada inmediatamente después de la Revolución iraní de 1979. Con el paso del tiempo, se ha convertido en una fuerza de gran influencia en el sistema político y económico de esa república.

Allanar el camino para más sanciones económicas

¿Qué hay detrás de la decisión de Trump? El objetivo es presionar más al país persa económicamente. Dada la participación de la Guardia Revolucionaria Islámica en la economía iraní, esa designación permitirá al Gobierno de Washington ampliar sus medidas punitivas contra Teherán. Entidades de ese cuerpo militar e instituciones asociadas también han devenido el blanco de las penalizaciones de Estados Unidos, por supuesto patrocinio a grupos terroristas y violación de los derechos humanos.

Autoridades norteamericanas consideraron este hecho un paso sin precedentes. El mismo inquilino de la Casa Blanca reconoció que esta decisión apuntala a una ampliación significativa en ámbito y envergadura de las presiones sobre Teherán. Trump dirigió además una advertencia a otros países y organizaciones al agregar que si hacen negocios con la Guardia Revolucionaria Islámica, estarán del lado de los terroristas. De hecho, después del anuncio del mandatario, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, advirtió a los bancos y las empresas sobre las consecuencias que sufrirán si continúan los negocios con dicha fuerza armada de Irán.

Como si no estuviera satisfecho con la decisión, en una sesión de una comisión del Senado el 10 de abril, Pompeo dijo que Donald Trump continuará aumentando las presiones contra el país persa para obligarlo a “cambiar su actitud”. 

Una decisión que causa inquietudes

La Guardia Revolucionaria Islámica no solo ejerce grandes influencias políticas, sino que también juega un papel muy importante en la economía nacional y mantiene relaciones con muchas organizaciones y particulares foráneos. Según analistas, la nueva decisión de Trump, junto con las posibles acciones de represalias de Teherán y las fuerzas chiítas en Oriente Medio, se traducirán en una escalada de enfrentamientos en la región y complicarán las tareas del círculo diplomático de Estados Unidos, aliado de varios países en la zona que establecen relaciones estrechas con Irán. Incluso, Washington debe mantener la conexión directa con Teherán en varios temas sensibles. No es exagerado decir que un acto de esa índole de Estados Unidos es capaz de romper las alianzas diplomáticas y económicas a nivel global.

El Pentágono y la comunidad de inteligencia de Estados Unidos han manifestado la preocupación de que la decisión de Trump pueda conducir a un enérgico rechazo a las fuerzas norteamericanas en esa zona sin llegar a perjudicar la economía iraní como lo deseado. En realidad, varios grupos radicales de Palestina e Irak alzaron su voz para protestar y aclararon que esa acción de Estados Unidos no afectará su enfoque. A su vez, el presidente iraní, Hassan Rouhani, denunció la decisión de Washington, afirmando que desde su fundación, la Guardia Revolucionaria Islámica ha luchado contra el terrorismo. También confió en que ante la actitud de Estados Unidos aumentarán los sentimientos de afecto de la población hacia esa fuerza. Asimismo, dijo que Irán no permitirá que las penalizaciones estadounidenses impidan o ralenticen el desarrollo científico y militar nacional.

Tal medida de Washington entrará en vigencia a partir de la próxima semana. Aunque la primera potencia mundial la considera necesaria para obligar a Teherán a realizar cambios drásticos en cuanto a su programa nuclear, no le será fácil admitir la respuesta de Irán.

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