El papel de los patriarcas de Tay Nguyen es ampliamente reconocido en la sociedad vietnamita (Foto: hanoimoi.com.vn) |
Antaño, la vida en dependencia de la naturaleza influyó mucho en las costumbres de las minorías étnicas establecidas en los altos de Tay Nguyen. Organizaban muchos ritos y ceremonias para pedir que las deidades del sol, el fuego, el agua, la montaña, el río, el bosque y el arroz, entre otras, les garantizasen buen tiempo y abundantes cosechas. Sin embargo, frente a las amenazas de la naturaleza y los ataques de los animales salvajes necesitaban alguien realmente valiente, experimentado y de gran prestigio para que les guiaran. Esto explica el porqué del nombramiento de los patriarcas, un título que existe en paralelo con el de jefatura de las aldeas. Hoy en día, estos hombres siguen siendo líderes espirituales y el centro de la solidaridad comunitaria. Son ellos los que dirigen los quehaceres culturales y espirituales de cada poblado.
Para los Bana en particular, las reglas tradicionales ejercen la máxima autoridad, mientras que los patriarcas representan la imparcialidad en la solución de diferentes asuntos. Los pobladores respetan absolutamente sus decisiones. Al respecto, el doctor Bui Van Dao, ex jefe del Instituto de Ciencias Sociales de Tay Nguyen, comentó: “Las costumbres arraigadas de la etnia Bana demuestran el papel importante de los patriarcas, los cuales forman parte de los grupos de reconciliación para resolver los problemas surgidos en la comunidad. La solución principal casi siempre es la conciliación entre las partes de las disputas, pero en algunos casos se adoptan ciertas medidas disuasorias”.
Los ancianos líderes siempre han sido el sostén espiritual de todos los aldeanos. Por la noche, los viejos acuden a la casa de los patriarcas para conversar con estos al lado del fogón familiar. Son el centro de la unidad comunitaria y un tesoro de experiencias tanto en la producción como en la vida. Estos sabios enseñan a los aldeanos a cómo comportarse con la naturaleza (cuando hay inundaciones, sequías o deslizamientos de tierras) y con las agresiones de los animales. Por eso, todos los comparan con una enciclopedia viva.
En la vida cotidiana, los Bana se rigen por los reglamentos y las tradiciones establecidos desde tiempos antiguos y se apoyan en los mismos para supervisarse mutuamente. Quienes los violan serán castigados por los patriarcas y todo el mundo debe respetar su decisión. La señora H’Dam, radicada en la provincia de Gia Lai, expresó: “Si algún asunto necesita una decisión colectiva, los miembros del grupo reconciliador de la aldea se reúnen para someterlo a debate. El patriarca analizará cómo se debe tratarlo y si está bien la solución que plantean, y al final será el que decide”.
De acuerdo con el doctor Bui Van Dao, ya no existe ese antiguo tribunal cuyos veredictos se basaban en costumbres enraizadas, pero la posición de los patriarcas sigue igual de importante. Ellos representan la continuidad entre el presente y el pasado en las comunidades étnicas de Tay Nguyen.
En los últimos años, esta región ha adoptado innovadoras medidas para promover el rol de estos líderes espirituales en la consolidación del sistema político en las bases. Durante las más de tres décadas de la aplicación de la política de renovación, sus aportes han sido ampliamente reconocidos. Si antes sus funciones se ligaban solamente a la práctica religiosa y a la preservación de las tradiciones y costumbres, en la actualidad se coordinan con la administración local para estimular a la población a cumplir las leyes, los proyectos y las políticas del Partido Comunista y el Estado y a contribuir al desarrollo socioeconómico.