La ropa de los Tay es confeccionada de tela de algodón teñida con polvo de una planta llamada Cham para obtener el color añil, que luce los matices oscuros y profundos del azul. Este color simboliza la sencillez y la originalidad de la indumentaria típica de este pueblo, especialmente de sus mujeres. Nguyen Quang Hanh, funcionario encargado de la cultura étnica de Ha Giang, una de las provincias que puebla la comunidad Tay, dijo: “Los Tay se distinguen de otros grupos por su traje de color índigo. Suelen usar una camisa larga sobre una blusa corta y ambas apenas llevan motivos decorativos. Aunque son muy sencillos y no tienen colores vistosos, la indumentaria de este pueblo cuadra muy bien con la actitud moderada y la discreción de las mujeres autóctonas”.

El vestuario típico de las mujeres Tay simboliza la belleza de esta etnia (Foto: dulichvietnam.com.vn)

De hecho, el vestuario femenino refleja el encanto y la gracia oculta de las étnicas Tay. Un juego completo incluye un pañuelo cuadrado, una camisa, un pantalón, un cinturón, un delantal y un par de chancletas o zuecos. La camisa que usan las mujeres Tay es una larga, de cinco franjas y se ajusta al cuerpo para resaltar sus curvas. Con el pañuelo hacen un nudo sobre la nuca, tal como se ciñen este accesorio las mujeres de la mayoritaria étnica Kinh o Viet.

Lo particular en la indumentaria de los Tay no radica solo en el corte y el estilo, sino también en el color índigo uniforme de las confecciones. Antes, las mujeres de esta comunidad eran altamente apreciadas en la región por la delicadeza de sus brocados. Seguían un proceso textil totalmente manual y fue por obra de su habilidad y constancia que se creó esa tela de gran valor estético.

En la vida moderna, no muchas personas se dedican ya a la tejeduría y teñidura de telas color índigo, por lo tanto, estos oficios tradicionales corren el riesgo de perderse. Sin embargo, algunas otras, como Hoa Thi Nhan, de la etnia Tay y radicada en el distrito de Bao Lac, de la provincia de Cao Bang, están determinadas a mantenerlo. Thi Nhan contó: “Logré dominar la técnica de teñir tela de mi pueblo a los 18 o 19 años de edad. Este oficio es duro y nos cuesta mucho trabajo. Ahora solo tres pobladores de mi aldea se dedican a esta labor. A los jóvenes no les interesa. Sin embargo, contamos con el apoyo del Estado, dispuesto a ayudarnos a preservar y promover el oficio y la indumentaria tradicional”.

En realidad, los Tay priorizan el traje típico de su pueblo, pero en vez de tejer tela, teñirla y elaborar prendas de vestir como antes, ahora pueden conseguirla fácilmente en los mercados. Antes, la teñidura, la tejeduría y las ropas confeccionadas eran pautas para valorar la laboriosidad, la destreza y la paciencia de las mujeres Tay. Hoy en día, aunque no todas sigan esta tradición, tales actividades continúan haciendo valer uno de los rasgos culturales más particulares de su pueblo.