Los autobuses eléctricos se usan cada vez más en Hanói. (Foto: VTC News)

En 2021, la primera flota de “buses verdes” comenzó a transitar por las calles de Hanói, siendo así la ciudad pionera del país en la implementación de sistema de transporte público de energías limpias. Sobre el proyecto estatal de transición hacia el uso de autobuses eléctricos en la ciudad, Pham Dinh Tien, funcionario del Centro de Gestión y Operación del Tráfico de Hanói, explicó que el Servicio de Transporte de Hanói elaboró un plan para alcanzar la meta de reemplazar el 100 % de los vehículos que funcionan con diésel, un combustible contaminante para el medioambiente.

Actualmente, la capital vietnamita cuenta con 370 buses de energía limpia en funcionamiento, abarcando diferentes capacidades. Esta cifra representa aproximadamente el 19,7 % del total de los 2.000 vehículos de transporte público en Hanói. 

Muchos habitantes hanoyenses expresaron la preferencia en el uso del transporte público de energía limpia y la satisfacción con el servicio brindado. Ninh Van Khanh, residente local en comuna de O Cho Dua, quien se mueve con frecuencia en los autobuses públicos, comentó: “Recientemente me monté en un autobús eléctrico por primera vez y se destaca por varios aspectos: la higiene, el equipamiento interior moderno, el trato cortés del personal a los pasajeros y el panel eléctrico con anuncio anticipado en cada parada”.

La transición hacia los vehículos, especialmente los de transporte público, que utilizan energía limpia y renovable, es una tendencia creciente adoptada por muchos países en el mundo. Por ello, las autoridades de Hanói buscan expandir este modelo en toda la ciudad, según precisó Thai Ho Phuong, director del Centro de Gestión y Operación del Tráfico de Hanói. 

“Hanói es la primera localidad que cuenta con autobuses eléctricos en tres tamaños: pequeño, mediano y grande. Coordinaremos estrechamente con las entidades consultoras para establecer tarifas de referencia para los vehículos pequeños y medianos, lo que servirá de base para ampliar este tipo de transporte público en la ciudad y, con ello, avanzar en la 'ecologización' del sistema de autobuses”, explicó Phuong. 

Según los expertos, el uso de vehículos eléctricos para el transporte público contribuye significativamente a la reducción de las emisiones de CO2. Si se reemplazaran los autobuses diésel actuales por esta alternativa más sostenible, las emisiones podrían disminuir en aproximadamente 170.480 toneladas al año.

Además del beneficio ambiental, esta medida ofrece múltiples ventajas económicas. La electricidad es considerablemente más barata que el diésel, mientras que la eficiencia operativa es superior. Estos vehículos también tienen una vida útil más prolongada y sus costos de mantenimiento y reparación son, por lo general, mucho más bajos que los de los modelos con motor de combustión tradicional. Otra gran ventaja es su funcionamiento mucho menos bullicioso, que mejora notablemente la experiencia de viaje para los pasajeros.

Junto con su aporte a la protección del medio ambiente, estas unidades están equipadas con sistemas de inclinación que facilitan el acceso a personas en silla de ruedas. Además, incorporan diversas comodidades modernas como wifi gratuito, puertos de carga USB, cámaras de seguridad, cámaras de conducción y sistemas de alerta para mayor seguridad.

Varios pasajeros en Hanói compartieron su opinión al utilizar el servicio en los autobuses verdes: 

“Es la primera vez que me monté en un autobús eléctrico. Me encantó la experiencia. El personal era muy atento y amable y el sistema de climatización del autobús garantiza una temperatura agradable durante todo el trayecto. Además, al ser vehículos que no contaminan el medio ambiente, son muy apreciados por los habitantes de Hanói”, expresó una mujer. 

“El interior se mantiene en temperatura muy fresca, durante el viaje no hay sacudidas, brindando a los pasajeros una experiencia muy cómoda. Lo más valioso es la protección del medio ambiente, ya que no emite gases contaminantes", dijo otra ciudadana.

La sustitución de los autobuses tradicionales por vehículos eléctricos marca un avance significativo en la construcción de una ciudad verde y sostenible. Esta iniciativa no solo responde a la creciente demanda de transporte público en la capital, sino que también incentiva a la población a modificar sus hábitos de movilidad, contribuyendo así a reducir la congestión vehicular y la contaminación ambiental.