En Hanói, el rápido aumento del número de vehículos privados en los últimos años, unido a la estrechez de muchas vías urbanas, ha provocado un notable incremento de las emisiones procedentes de los motores a gasolina, responsables de elevados niveles de partículas finas y de contaminación acústica.
En Hanói, se circulan en las calles en su mayoría los vehículos a gasolina; el porcentaje de vehículos eléctricos es bastante bajo. (Foto de ilustración: vovgiaothong.vn) |
Sin embargo, a partir de 2026, con la restricción progresiva y la posterior prohibición total de estos vehículos en las zonas centrales, el paisaje urbano comenzará previsiblemente a transformarse de manera positiva.
Según las estadísticas más recientes, una reducción del 50 % de los vehículos a gasolina en el centro urbano permitiría disminuir entre un 20 % y un 30 % las concentraciones de PM2.5, además de reducir de forma significativa el ruido, un problema que afecta a numerosos barrios densamente poblados.
Al respecto, Phan Le Binh, doctor y jefe de la oficina representativa de Consultores Orientales Globales (OCG Japón), firma internacional especializada en planificación, estudios de viabilidad y gestión de proyectos de transporte, señaló: “Hasta ahora, el Gobierno municipal de Hanói ha definido una hoja de ruta clara, con plazos concretos, en lugar de aplicar la medida de forma inmediata en toda la ciudad. La implementación comenzará dentro de la circunvalación 1, un área relativamente limitada. Al mismo tiempo, se están preparando mecanismos de apoyo para facilitar la transición de la ciudadanía hacia nuevos medios de transporte, con especial atención a los hogares de bajos ingresos, que recibirán mayores niveles de asistencia”.
Phan Le Binh, doctor y jefe de la oficina representativa de Consultores Orientales Globales (OCG Japón). (Foto: vovgiaothong.vn)
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Junto con la política de restricción de los vehículos a gasolina, Hanói está ampliando su red de autobuses eléctricos y de ferrocarril urbano, incrementando las rutas de conexión interregional y desarrollando corredores de transporte verde. Estas iniciativas están configurando un ecosistema de movilidad limpia e integrada, que ofrece a la población alternativas reales al uso del vehículo privado.
De acuerdo con el plan previsto, para 2030 los autobuses eléctricos constituirán la mayor parte del sistema de transporte público de la capital, acercando a Hanói a los estándares de ciudad verde dentro de la región de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
El respaldo a esta política no procede únicamente de los expertos, sino también de los propios ciudadanos. Nguyen Ba Vinh, residente de Hanói, afirmó: “Los vehículos eléctricos prácticamente no generan emisiones, lo que resulta muy beneficioso para la salud de la población”.
Hanói comenzará a implementar un plan para restringir la circulación de motos que utilizan la gasolina en la Carretera de Circunvalación 1. (Foto: VOV) |
La prohibición de los vehículos a gasolina no representa solo un cambio en los medios de transporte, sino una transformación del enfoque de la gestión urbana, que sitúa la calidad de vida en el centro de las políticas públicas. Más allá de aliviar la congestión del tráfico, la ciudad aspira a mejorar la salud colectiva.
Diversos estudios médicos señalan que las partículas finas procedentes de los motores a gasolina figuran entre las principales causas de enfermedades respiratorias en niños y personas mayores. Por ello, la reducción de las emisiones implica también una disminución de los riesgos sanitarios.
En la misma línea, Trinh Thi Van, radicada en la capital, destacó las ventajas de la movilidad eléctrica: “Prefiero los vehículos eléctricos a los de gasolina: son silenciosos, no contaminan y resultan más agradables de usar. Apoyo esta política, aunque es necesario que las autoridades estudien y amplíen los puntos de recarga”.
Además de contribuir a un entorno más limpio, la transición hacia la movilidad eléctrica abre oportunidades para el desarrollo de infraestructuras inteligentes, como aparcamientos automatizados, redes de recarga rápida, así como autobuses y taxis eléctricos.
Con estos avances, Hanói se alinea progresivamente con las tendencias de las grandes ciudades del mundo. Como tierra milenaria, la capital vietnamita afronta una profunda transformación para convertirse en una urbe más moderna, más verde y mejor integrada a nivel internacional, lo que refuerza su compromiso con la protección del medio ambiente a escala global.