Una reunión de la administración comunal de Ha Bau. (Foto: VOV)
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La comuna de Ha Bau consta de 8 poblados y alberga a 7 mil 800 personas, en su mayoría de las etnias Jrai y Bana. A principios de la década de 2000, este lugar fue uno de los baluartes de Fulro (Frente Unido para la Liberación de las Razas Oprimidas), una organización separatista ilegal, liderada desde el exterior por elementos subversivos, y acusada de crímenes contra el Estado vietnamita. Esta secta incitó a sus seguidores a reclamar la independencia del llamado “Estado autónomo De Ga de las etnias de Tay Nguyen”. Las autoridades vietnamitas, que consiguieron restablecer el orden social en Ha Bau, fueron particularmente indulgentes con los miembros de Fulro, a quienes se les ofreció una segunda oportunidad, como nos lo explicó Nguyen Huu Tho, quien es tanto secretario del Comité del Partido como presidente del Consejo Popular del distrito de Dak Doa.
“Somos conscientes de que los integrantes de Fulro fueron manipulados por elementos subversivos y que les faltó discernimiento en ese momento. En lugar de condenarlos, tratamos de devolverlos al buen camino y promover su reintegración social. Dependiendo de las circunstancias de cada persona, tenemos diferentes formas de ayudarle y animarle”, dijo.
Gracias al apoyo de las autoridades locales, los ex miembros de Fulro ahora siguen las leyes y políticas del Partido y del Estado. Bome, de la etnia Bana que vive en la aldea de Rai, es un ejemplo para eso. Él expresó: “No tendré suficiente tiempo en toda mi vida para arrepentirme de mis errores pasados. Ahora las condiciones de vida son mucho mejores. Se han ensanchado las carreteras, se han modernizado las escuelas y los centros de salud. Además, las autoridades locales siguen facilitando el bienestar social de la comunidad”.
Habitantes locales en la temporada de cosecha de arroz. (Foto: baogialai.com.vn)
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Por otro lado, en la comuna de Ha Bau existen cuatro religiones diferentes que incluyen el cristianismo, el budismo, el protestantismo y el caodaismo. Las organizaciones religiosas, debidamente registradas, están obligadas a informar a las autoridades locales de sus actividades. Todas las ceremonias, todas las principales fiestas religiosas, se llevan a cabo de acuerdo con las leyes vigentes.
Como una localidad agrícola, Ha Bau tiene 3 mil 773 hectáreas de tierra para plantar café y pimienta, y 130 hectáreas reservadas para la silvicultura. También la cría de animales es promovida, contando con 14 mil 420 cabezas de bovinos y aves de corral.
Durante los últimos 10 años, la administración local ha invertido más de 47 mil millones de dongs (más de 2 millones 44 mil de dólares) en la modernización de la infraestructura rural. Asimismo, las autoridades comunales se aseguraron de contar con la colaboración de las empresas para ayudar a los cafetaleros a desarrollar su producción. Al respecto, el vicepresidente del Comité Popular comunal, Y Hieu informó: “En general, el nivel de vida de los habitantes locales ha mejorado significativamente. La infraestructura rural también se ha modernizado y la seguridad política está asegurada. A nuestro nivel, nos estamos asegurando de crear empleos y mejorar la calidad de la atención médica. La tasa de hogares pobres se ha reducido del 2 al 1,5% en 2020. También prestamos gran atención a construir un estilo de vida cultural, prevenir los males sociales y preservar la identidad tradicional de las minorías étnicas”.
Ciertamente, el programa del nuevo campo ha brindado una nueva fisonomía para Ha Bau, cuya renta per cápita en 2020 suma los 41 millones de dongs (unos mil 782 dólares), un nivel alto en comparación con las áreas de minorías étnicas en las Tierras Altas Centrales. Además, la comuna cuenta con tres poblados: Un, Ia Mut y Bong, los cuales recibieron el título de “pueblo cultural” los últimos cinco años.