El 1 de enero, un sospechoso condujo un automóvil y abrió fuego contra una multitud en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos, matando a 14 personas e hiriendo a 30. Se trató del último atentado terrorista que agravó las preocupaciones de seguridad en muchos países del mundo.

Escenario del atropello masivo en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos, el 1 de enero de 2025. (Foto: AP/VNA)

Amenaza de “Lobos Solitarios”

El asalto en Nueva Orleans no sólo causó grandes pérdidas de vidas el día de Año Nuevo, sino que también preocupó a los agentes de seguridad cuando el terrorista llevaba la bandera del grupo terrorista Estado Islámico (EI). Christopher Raia, vicedirector de la Oficina Federal de Investigación (FBI), admitió que este tema puede haber sido inspirado por el EI. Según Colin Clarke, experto de la consultora de seguridad global Soufan Group, esto también demuestra que, independientemente de las capacidades operativas actuales del Estado Islámico, su influencia ha impactado al mundo con una ola de ataques de “lobos solitarios”, es decir, particulares que operan solos y sin ninguna red, a ambos lados del Atlántico. Dicho problema confirma lo que muchos en la comunidad antiterrorista han estado diciendo últimamente: El EI sigue siendo una amenaza persistente y que no va a desaparecer.

La policía en el lugar del ataque al mercado navideño en Magdeburgo, Alemania, el 21 de diciembre de 2024. (Foto: Xinhua/VNA)

Antes del incidente en Nueva Orleans, el 20 de diciembre del año pasado, también se produjo un hecho masivo similar en el mercado navideño de Magdeburgo, en Alemania, en el que murieron cinco personas y resultaron heridas más de 200. Según el experto Daniel Byman, director del Programa sobre Terrorismo y Amenazas Irregulares del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), este es el método utilizado por miembros del EI en sus atentados de años anteriores en Londres (Reino Unido), Berlín (Alemania) y, el más grave, en Niza, Francia, en julio de 2016, en los que hubo 86 víctimas mortales.

“En los últimos 10 años hemos visto al Estado Islámico utilizar el método de embestir con coches. Hemos atestiguado este incidente en algunos países europeos, así como en Nueva York, cuando los asaltantes utilizaron automóviles para atropellar a peatones en la calle. Así que esto es definitivamente parte del Estado Islámico y en la tragedia de Nueva Orleans, esta es una manera de matar a mucha gente en un tiempo relativamente corto”, dijo.

Lo que es más preocupante, según expertos, es el resurgimiento de los ataques de “lobos solitarios” en Estados Unidos y Europa tras una serie de grandes atentados terroristas el año pasado en otros países por parte del EI y su rama denominada Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), tales como el ataque con bomba en la ciudad iraní de Kerman en enero y el asalto en un teatro de Moscú, Rusia, a finales de marzo.

El centro comercial y artístico Crocus City Hall en las afueras de Moscú, Rusia, después de un ataque terrorista el 26 de marzo de 2024. (Foto: AFP/VNA)

Hans-Jakob Schindler, director de la organización no gubernamental Proyecto Contra el Terrorismo (CTP), evaluó que las amenazas a la seguridad son cada vez mayores y más difíciles de afrontar en el contexto de un conflicto generalizado y de inestabilidad a nivel mundial, especialmente en Oriente Medio.

“Vivimos en un período altamente polarizado, exacerbado por el conflicto en curso en el Medio Oriente y el ascenso del EI y Al-Qaida en todo el mundo. Realmente estamos en una situación muy difícil”, afirmó.

¿El punto caliente, Siria o el Sahel?

En un acontecimiento que se considera un reflejo de la creciente preocupación de Estados Unidos por el surgimiento de grupos terroristas en Medio Oriente, especialmente el Estado Islámico, el Pentágono informó el 20 de diciembre que había desplegado más tropas en Siria para responder a la situación de seguridad que cambia rápidamente en el país, después de que la oposición liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) derrocara al gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad el 8 de diciembre de 2024.

De acuerdo con el portavoz del Pentágono, Pat Ryder, Washington tiene actualmente unos 2000 efectivos en Siria, cifra superior a la anunciada de unos 900. Ryder enfatizó que las fuerzas adicionales operan sobre la base de una "rotación temporal" por un período de 30 a 90 días y estaban presentes en Siria antes del colapso de la administración del presidente Bashar al-Assad.

Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, dijo lo siguiente: “Necesitamos reconocer que la caída de Damasco fue también el momento en que el Estado Islámico comenzó a buscar cualquier oportunidad para reagruparse, crecer, expandirse y eventualmente recrear una red que amenaza a Estados Unidos y a los ciudadanos estadounidenses en todo el mundo. Por lo tanto, el presidente Joe Biden ha pedido a las tropas que emprendan acciones militares contra miembros e instalaciones del EI y continuaremos haciéndolo”.

Según los observadores, la cuestión es si la nueva administración de Donald Trump seguirá aplicando esta política. Durante su primer mandato (2016-2020), este inquilino de la Casa Blanca anunció que retiraría todas las tropas norteamericanas de Siria y no permitiría que su país se viera arrastrado a conflictos en Oriente Medio. Sin embargo, el contexto actual puede hacer que el presidente electo de Estados Unidos cambie su punto de vista. En una entrevista reciente en Fox News, el congresista Michael Waltz, quien se espera que asuma el cargo de Asesor de Seguridad Nacional en la nueva administración, afirmó que Donald Trump podría no cumplir su compromiso de retirar las tropas estadounidenses de Siria porque entiende que la amenaza del EI todavía existe.