Normalmente, cuanto más viejo es un libro, también lo es su fecha de publicación. Por eso, es considerado como una prueba histórica y un hito para marcar el desarrollo del sector editorial de Vietnam en diferentes etapas.
Los libros usados son apreciados por sus valores histórico y sentimental, además del intelectual
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Para los conocedores y coleccionistas de libros usados, la antigüedad es una de las pautas para medir su valor. Pero también se basan en otros factores importantes que deciden la atracción de una obra antigua, como si es traducida por un buen intérprete, tiene muy pocos ejemplares, o es de la primera edición.
Obviamente, los mayores pueden encontrar en esos materiales su infancia y juventud, mientras los jóvenes pueden informarse y así saber apreciar mejor el conocimiento de los autores de las generaciones anteriores. Al respecto, el lector Bui Minh Hien expresó: “No es lo mismo leer un libro digital que uno físico. La sensación de tocar y hojear los papeles de un libro es muy interesante. Realmente, me deleito cuando tengo uno en mi mano y al leerlo aprecio más a su autor y su propiedad intelectual. Por eso, cuido mucho los que tengo”.
Conocido con el apodo de “el rey de los libros usados”, el señor Phan Trac Canh ha dedicado muchos esfuerzos y tiempo en su jubilación a coleccionarlos y recopilarlos. La tienda llamada “Casa de Libros Viejos” es de su propiedad, situada en el número 5 de la calle Bat Dan, en Hanói. Esta librería cuenta con cientos de miles de títulos de revistas y libros de diferentes géneros y autores tanto nacionales como extranjeros. Muchos de estos han servido de fuentes de referencia para cientos de tesis doctorales y trabajos de investigación sobre Vietnam. Numerosos académicos internacionales le han expresado su agradecimiento al conocido coleccionista porque su trabajo significa mucho para ellos en su afán de profundizar en la cultura vietnamita.
La librería “Casa de Libros Viejos” del coleccionista Phan Trac Canh, en una calle céntrica de Hanói
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Por otro lado, los lectores son para el señor Canh una fuente de estímulo para continuar con esta labor. Él contó lo siguiente: “El profesor adjunto japonés Yao Takao, de la Universidad de Hiroshima, después de 12 o 15 años de la publicación de uno de sus libros en su país, regresó a Vietnam y me lo regaló. Me dijo que no puedo retirarme de este trabajo. Así que lo seguiré haciendo hasta que pueda”.
No solo se deleitan con su afición, los coleccionistas como Phan Trac Canh también desean compartir sus libros usados con la comunidad y contribuir a mantener los valores intelectuales de la nación para las personas interesadas.
En el actual tiempo del boom de las nuevas tecnologías e industrias de entretenimiento y la integración global, es una buena señal el mantenimiento y el desarrollo de las tiendas de libros usados. La recopilación, el intercambio y el comercio de estos contribuyen a elevar el hábito de lectura entre la población y a preservar los valores culturales de la nación.