(VOVworld) – En Vietnam masticar el Paan, un preparado estimulante de hoja de betel combinada con nuez de areca se remonta a la época de los primeros monarcas Hung y se observa en todas las partes del país, pero cada localidad tiene su propio estilo. Específicamente en el sur, esta costumbre muestra características muy particulares, al ser acicate del vínculo sentimental entre las personas.
Documentos de investigación indican que a principios del siglo XX en la región de Cochinchina de Vietnam, la costumbre de mascar nuez de areca y hoja de betel era popular entre las mujeres y los hombres. La forma de consumir este producto e invitar a ello se convirtió en un rasgo cultural notorio de la población local.
Jóvenes de Can Tho estudian sobre la costumbre de masticar el Paan, combinación de la hoja de betel y la nuez de areca
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Según el experto en cultura, Truong Ngoc Tuong, de la provincia de Tien Giang, esta costumbre entró en la vida cotidiana y se vinculó con reglas de comportamiento de los sureños. Los instrumentos que se usan para este deleite también crean toda una rama de artesanía con obras de bellas artes imbuidas de estilos estéticos característicos de cada etapa de la historia nacional.
Uno de ellos es el “Binh voi”, el recipiente que aloja una pasta a base de cal para añadir al betel y la areca, también están los utilizados en la corte, hechos de jade, bronce, marfil o cerámica, producidos en China o incluso en Francia. Existen los tallados con delicadeza o con relieves sofisticados, usados por familias aristócratas o adineradas pero también los más sencillos de la gente corriente, con diseños diversificados e innovadores. Las bandejas para depositar hojas de betel y nueces de areca también son de variadas solemnidades.
El experto Truong Ngoc Tuong comentó lo siguiente: “Para el pedido de la mano y las ceremonias nupciales se elabora el Paan como una ofrenda a los antepasados o regalo de boda. El betel y la areca también figuran entre los tributos para honrar al Buda en las pagodas. En referencia a la bandeja de hojas de betel y nueces de areca, esta tiene forma cuadrada y en la misma se ponen dos cajitas e igual número de vasitos. La caja grande simboliza al marido y la pequeña, a la esposa. En los funerales se colocan solamente un de esas y un vaso en la bandeja para ofrecer el Paan y aguardiente al organizador de la ceremonia mortuaria.”
Un recipiente de cerámica datado del siglo XIX (para alojar cal al servicio del Paan)
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Con el paso del tiempo, la vida moderna, por su ritmo acelerado, hace mermar la costumbre de masticar el Paan, pero la cultura asociada a este se mantiene en muchas actividades espirituales de la comunidad. La bandeja de hojas de betel y nueces de areca es indispensable en el altar familiar y de las pagodas o los templos durante los festejos tradicionales como en el Tet (Año Nuevo lunar). Tampoco puede faltar en los distintos procedimientos de casamiento.
En algunas localidades de la región de Cochinchina hay personas que viven de la preparación del Paan para bodas o rituales ancestrales. La señora Ly Thi Thanh, de 84 años de edad, oriunda de la ciudad de Can Tho es una de ellas. Aunque el oficio le da un ingreso modesto, se siente feliz. “Para garantizar que la nuez de areca y la hoja del betel formen un conjunto estético, se tiene que poner mucho cuidado e interés en la elaboración, y más si se trata de ofrendas para los santos o antepasados. Cada hoja de betel acompañará una cuarta parte de una nuez de areca y se suelen poner en cada caja de ofrenda 4 porciones bien elaboradas. En las ceremonias, los ritos y las conversaciones comenzarán solo después de abrir esa caja.”
De acuerdo con estudios archivados en museos de cultura, la costumbre de mascar el betel y la areca data de tiempos remotos y se mantiene hasta hoy en numerosas comunidades poblacionales asiáticas como en Tailandia, Camboya, China, la India y Vietnam.
En Vietnam en particular, esta costumbre forma parte de su cultura y la vida de su pueblo desde los tiempos de los reyes Hung, fundadores de la nación, al entrar en la literatura popular con el cuento “Su tich trau cau” (Historia sobre el betel y la areca). La combinación de estos dos elementos se vincula con el concepto popular sobre la fidelidad conyugal y el sentimiento familiar, e igualmente se convierte en un hábito comunitario de “iniciar la conversación ofreciendo masticar el Paan”.
En Cochinchina, esta costumbre aporta a la cultura relacionada con particularidades pletóricas de humanismo, desde los materiales y diseños de los recipientes de cal, hasta la forma de elaborar el Paan. Nguyen Thi Tham, directora del Museo de la Mujer de Nam Bo (del Sur), informó que su institución ha realizado estudios sobre la costumbre de mascar el Paan de los vietnamitas y coleccionado utensilios relacionados, cuya presentación se coordina con otros museos y las localidades en el delta del río Mekong. La funcionaria destacó: “Según estos estudios, sabemos que la costumbre de masticar el Paan se originó en el Oeste de Cochinchina. Esperamos presentar esta colección en cada provincia y ciudad de la región. Coordinaremos en lo adelante con otros museos para realizar estudios más profundos sobre este rasgo cultural popular, su evolución y la diversidad de sus utensilios.”
Con el transcurrir del tiempo, ya no hay muchas personas que mastican el Paan en la región sureña ni en Vietnam en general, pero esta costumbre ya forma parte del acervo cultural y la vida espiritual de su población.