Los brocados de los M’nong son elaborados a mano con mucho cuidado y delicadeza. El azul, el negro, el rojo y el amarillo son los colores más utilizados, mientras que los motivos de decoración principales son triángulos entrelazados, aves, animales, flores y plantas. Esta tela y sus dibujos reflejan los conceptos ancestrales de los autóctonos sobre el cielo, la tierra, los ríos y las montañas, así como sobre la fuerza de la naturaleza y la bravura del ser humano.
Una artesana enseña a una pobladora las técnicas de tejer |
De acuerdo con U Han, una de las expertas en este oficio de la comuna de Dak Ndrung, del distrito de Dak Song, cada brocado demuestra el sentimiento de su creador, así como su destreza y creatividad. “Antaño, era obligatorio para las chicas M’nong dominar el arte de tejer antes de casarse, ya que debían elaborar ellas mismas muchas de sus dotes, tales como ropas, colchas y cubrecamas. De lo contrario, recibirían las críticas de la familia de su esposo. Yo estaba en esta penosa situación; por eso traté de aprender a tejer y poco a poco llegué a dominar sus técnicas”.
La señora U Hau, residente de la aldea de Ndrunglu, en la misma comuna, dijo que este oficio se transmite de generación en generación. Esto quiere decir que las abuelas enseñan a tejer a sus nietas, las madres a sus hijas y las hermanas mayores, a las más pequeñas. “Cuando era niña, cada vez que veía a mi madre junto al telar me acercaba a ella para observar su trabajo. Entonces, mi padre me hizo uno más pequeño para que pudiera practicar. Al principio, aprendía a montar el telar, colocar hilos y elaborar productos sencillos. Y a la edad de 12 años, ya logré dominar las técnicas para elaborar bolsas, taparrabos y faldas. Desde entonces el telar siempre se vincula con mi vida”.
Actualmente, aún se puede ver la presencia del brocado en la vida de los pobladores M’nong en Dak Ndrung. Sin embargo, en el contexto de que el precio de las materias primas aumenta mientras que las confecciones textiles puestas a la venta en los mercados son diversas y baratas, cada vez hay menos chicas locales que sepan manejar el telar tradicional. Thi Nhum, de la aldea de Bu Prang, expresó al respecto:“El brocado es algo muy importante en la vida de nuestra tribu, tanto ahora como antes, especialmente para el casamiento, ya que las dotes elaboradas por las nuevas esposas con su telar son casi imprescindibles y revisten un especial significado. Hoy en día, en la vida moderna, pocas jóvenes saben tejer y esta realidad nos preocupa mucho”.
Una clase de tejer, abierta en Dak Ndrung para las jóvenes aldeanas |
Para preservar y promover el tejido tradicional de la etnia M’nong, la comuna de Dak Ndrung organizó de 2012 a 2014 varios cursos para enseñarlo a las mujeres locales. Decenas de ellas, tras finalizar esas clases, adquirieron telares para elaborar en su tiempo de ocio productos destinados al uso familiar. Esto no solo satisface su afición, sino que además contribuye a mantener los rasgos culturales tradicionales de la etnia M’nong. ¿Qué camino tomarán para convertir los brocados caseros en un bien mercantil para que los tejedores puedan ganarse sustentos y preservar el legado de sus antepasados? Esta es una cuestión planteada tanto por el gobierno local como por la población de Dak Ndrung en el actual contexto de integración económica.