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A diferencia de las clases convencionales, esta está abierta a estudiantes de diversas edades y oficios. Algunos incluso ya tienen nietos. Gran parte del “estudiantado” es de los grupos étnicos Dao y San Chi, y el rango de edad es amplio -desde los 28 a los 60 años. Los alumnos son en general los pilares económicos de sus familias, por lo que siempre se encuentran ocupados de las faenas del campo y domésticas.
Al principio, a muchos mayores les dio pena recibir las lecciones junto a los más jóvenes, pero poco a poco lo hacen con más entusiasmo e invitan a otros a seguir sus pasos. De no llegar a los 10 estudiantes, esta cifra aumenta cada día más. Fuera de la clase, cada uno cumple con sus tareas laborales, pero frente a los maestros, todos se concentran en las lecciones y ejercicios, deseosos de saber leer y escribir.
Duong A Chiu y Tran Thi Chau, de la comunidad étnica San Chi y padres de tres hijos, se arreglan para poder estar presentes en todas las clases, aunque están muy atareados con la cosecha de arroz en curso. La pareja expresó lo siguiente:
“Por no estudiar antes, en las compras sólo puedo hacer cálculos hasta cientos o miles de dongs. No sé ni cómo firmar mi nombre, y hasta ahora sólo sello los documentos oficiales con huellas dactilares”.
“Nosotros nos alentamos mutuamente a inscribirnos a esta clase. Todos mis hijos van a la escuela, pero nosotros no sabemos leer. Me imagino que cuando sepa leer, no estaré perdida(o) en la estación de ómnibus, sino que sabré cuál va a Binh Lieu y cuáles viajan a Mong Cai o Tien Yen. Aprender es muy difícil, pero estamos decididos a seguir instruyéndonos”.
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Por otra parte, para los maestros también es una tarea ardua impartir clases en las zonas montañosas a las personas adultas. Por lo que para las clases de alfabetización el contingente docente es seleccionado con mucho esmero, con mayor prioridad y exigencia que para los puestos de maestros locales. Para garantizar la calidad de la educación, los docentes buscan pasar la mayoría de su tiempo junto con los estudiantes, comiendo con ellos y trabajando junto a ellos, e incluso aprendiendo a hablar su idioma. La maestra Nong Thi Lan dijo: “Soy de la etnia Tay, por lo que, al impartir clases a los Dao y San Chi, me esfuerzo por aprender estos idiomas para entenderlos mejor y así ayudarlos a asimilar más rápidamente las lecciones”.
Binh Lieu es el distrito con mayor tasa de analfabetismo en el grupo de personas autóctonas de 15 a 60 años de edad en toda la provincia de Quang Ninh. En los últimos tiempos, la administración local presta especial atención a la alfabetización de los adultos y la generalización de la enseñanza básica entre los menores. Desde 2014 hasta la fecha, este distrito fronterizo ha desplegado 96 clases de alfabetización y a nueve meses de su participación y después de vencer los exámenes, a los cursillistas se les otorgan certificados de alfabetización. En total, 1625 personas recibieron el certificado de alfabetización, 410 de ellas completaron el nivel dos, lo que equivale a los grados cuatro o cinco. Hoang Ngoc Ngo, vicepresidente del Comité Popular del distrito de Binh Lieu, informó: “La mayoría de la población ha alcanzado el nivel 1 sabiendo leer y escribir, sobre todo para usar mejor sus teléfonos móviles. Algunos muestran su interés de seguir estudiando para llegar a un nivel superior y para asimilar más conocimientos relacionados al cultivo y a la cría. En realidad, enfrentan muchas dificultades, ya que son de minorías étnicas. Ya hablar el idioma vietnamita les es difícil, y alcanzar un nivel más alto en el estudio lo es más”.
La alfabetización para los grupos étnicos es una tarea permanente del distrito de Binh Lieu. Las autoridades y los maestros locales no se cansan de ayudar a los autóctonos a estudiar para así enriquecer su conocimiento, mejorar su nivel de vida, erradicar el hambre y reducir la pobreza, en contribución al desarrollo socioeconómico de esta localidad montañosa fronteriza aún en situación difícil.