Similar a otros miles de estudiantes, Luong Hoai Thu, alumna del tercer año académico de la Universidad de Comercio Exterior de Hanói participa anualmente en el programa voluntario “Verano Azul”. A través de esta actividad, la joven puede acudir a a las zonas más recónditas de la nación y ayudar a sus habitantes con escasos recursos económicos.
Jóvenes de la provincia sureña de Bac Lieu participan en el movimiento "Verano Azul" |
Mientras, Nguyen Dinh Kien, estudiante de la Academia de Administración Nacional tiene 4 años de experiencia voluntaria. Hasta la fecha ha viajado por 10 localidades para cumplir trabajos humanitarios como la entrega de ropa invernal y la asistencia económica a los niños pobres en la región norteña. Según cuenta en algunas ocasiones tuvo que pasar por caminos muy accidentados debido a las inclemencias del tiempo, pero esas dificultades desaparecen después de ser tratado con cariño por los locales, lo que le alienta a hacer más labores nobles para la comunidad. El joven dijo lo siguiente: “Existen muchos modelos de voluntariado, pero lo que más me gusta es el programa humanitario invernal porque en esta estación los compatriotas enfrentan muchas dificultades materiales y espirituales. En este sentido, las actividades caritativas ayudan en mayor medida a esas personas a superar el frío. El año pasado participé en el programa ‘Invierno cálido-afecto de la zona fronteriza 2017’ en la comuna de Huong Lien, distrito de Huong Khe, provincia de Ha Tinh. Durante 2 días de trabajo entendí la situación ardua de los lugareños”.
La donación de sangre es también un movimiento voluntario trascendental en Vietnam |
Al compartir la empatía con los compatriotas más necesitados, los miembros del club “Pisadas de la juventud” en Hanói han contribuido con cientos de porciones gratuitas de gachas y arroz para los pacientes del Hospital Bach Mai. Conscientes de la filosofía “La ayuda recibida es de gran bendición”, todos aspiran a ayudar a aliviar las penurias de esas personas desafortunadas. Cao Viet Tuong Vi, una de los miembros del grupo reveló: “Cada semana suministramos respectivamente gachas y arroz a los necesitados con la participación de entre 7 y 10 miembros. Los domingos entregamos gachas por la mañana y arroz por la tarde. Con estas acciones esperamos contribuir en parte al alivio del dolor de los pacientes”.
La donación de sangre es también una labor noble y rebosante de humanismo. Nguyen Thu Luong, residente en Hanói ha participado en 36 ocasiones en esta actividad y se siente muy feliz al presenciar el avance del movimiento en la comunidad. Según ella, cuanto más personas involucradas haya más líquido vital tendrán los centros médicos para solucionar la escasez de la reserva de sangre. Thu Luong dio a conocer: “Al donar sangre siempre imagino que la mía fluye en el cuerpo de las personas que la necesitan. Si esto les ayuda a recuperarse me siento mucho más feliz. Cuando vemos el rostro de los donantes entendemos su felicidad al hacer esta labor. Creo que en el futuro habrá cada vez más voluntarios en este movimiento”.
Para mucha gente, las actividades humanitarias forman parte de su vida. Compartir las dificultades con las personas con escasos recursos económicos es un trabajo significativo que contribuye a estimular la empatía en la comunidad.