Una obra de Luong Van Tuan elaborada con resina epoxi y materiales reciclados. (Foto: VOV)
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En un plano circular de un metro de diámetro, las corrientes azules brillan como flujos marinos, rodeando los parches marrones con forma de continentes de la Tierra. A una distancia más cercana, se pueden observar las capas flotantes de humo, escondidas debajo de pequeños parches de arena y grava fina al lado de hermosas estrellas de mar. Ese flujo azul se llama resina epoxi, un plástico líquido que tiene una excelente adhesión en superficies heterogéneas como el metal, la madera y el vidrio, mientras los parches marrones son troncos de maderas con defectos naturales ya procesados.
El joven usa una máquina para alisar la superficie de una mesa de té hecha de productos reciclados combinados con la tecnología de resina. A su alrededor, hay embriones de madera y frascos químicos. Con una forma muy profesional de trabajar, nadie pensó que Tuan, con solo dos años de experiencia en el campo del reciclaje, pudiera desarrollar tan eficientemente esta labor, cuya idea se originó a partir de un videoclip sobre el uso de la tecnología de resina epoxi para fabricar muebles que veía casualmente en Internet.“Nací en una aldea donde la mayoría de los pobladores nos dedicamos al oficio de la carpintería, y me sentía mal porque las maderas defectuosas y los troncos huecos solo eran usados como leñas. Los videoclips sobre el reciclaje con la resina líquida que observé en Youtube, me parecieron interesantes y me sugirieron aprovecharla para reciclar las maderas y transformarlas en muebles. En 2018, decidí desarrollar este modelo con el deseo de transmitir el mensaje de que podamos aprovechar los materiales desechables para convertirlos en productos útiles, e incluso abrir negocios para venderlos”.
El joven en su taller.
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La aplicación de resina epoxi en la elaboración de productos de interior es conocida en Vietnam, pero lo que ayuda a Tuan a convertirse en un artesano más destacado es su habilidad, creatividad y meticulosidad para elaborar productos únicos. Su laboriosidad le permite dominar bien el método de producción y la técnica. Tuan continuó: “El proceso para hacer una superficie de mesa como esta consta de tres pasos. El primero es seleccionar las piezas de madera, cortarlas y limpiarlas, luego tratarlas en el molde, verter la resina, y finalmente alisar y pulir el producto. Aunque el método es el mismo, el producto final no, ya que la idea para cada obra se basa en la forma de los moldes de maderas con defectos naturales. Normalmente, tardo alrededor de dos días a un mes para perfeccionar un artículo. El tiempo dependerá del nivel de dificultad, el tamaño y el grosor de los materiales, así como la demanda del cliente”.
Además de producir mesas de té, el propietario del taller también aprovecha astillas de madera, cortezas de árbol, baterías caducadas y vidrios rotos comprados en desguaces de la aldea para crear numerosos objetos decorativos y productos de interior, como sillas, columnas de madera de lámpara y macetas, entre otros. Esta es la razón por la que el local siempre está lleno de compradores incluso, algunos de ellos provienen de destinos lejanos como Hanói y Thai Nguyen. Nguyen Van Toan, un cliente, comentó: “Estos productos son bastante hermosos y llamativos. Aunque recientemente se introdujo en Vietnam, los muebles diseñados con tecnología de resina son muy requeridos por los consumidores, especialmente aquellos a los que les encantan la creatividad y la originalidad. Vine a comprar muebles para decorar mi nueva cafetería”.
Pese a la creciente demanda, el taller de Tuan solo produce un promedio de 20 a 30 productos por mes, dependiendo de los pedidos. Las ganancias no son altas, entre 70 y 80 millones de dongs (de 3 mil a 3 mil 451 dólares), pero en ese establecimiento, los jóvenes tienen la oportunidad de compartir su pasión y creación, algo que enorgullece al destacado emprendedor. Dinh Manh Thang, un trabajador, dijo: “Llevo trabajando en el taller de Tuan desde hace más de un año. Me encargo del tratamiento de la superficie de las piezas de madera. Cada mes me paga 7 millones de dongs. En comparación con otras fábricas, esta suma no es muy elevada, pero aquí tengo la oportunidad de aprender técnicas y compartir ideas con nuestros colegas”.
Las ideas creativas de Tuan recibieron varios premios en el concurso para los emprendedores jóvenes de la provincia de Bac Giang y otro a favor de las iniciativas ecológicas organizado por el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Recientemente, llevó su obra titulada “Insuflar vida a productos reciclados” a participar en el programa “Emprendimiento de Jóvenes Rurales”. Desde su éxito inicial, el propietario también creó un canal personal de YouTube, cuyo objetivo es guiar a los jóvenes con el mismo interés en el diseño de productos reciclados y difundir un mensaje en pro de la protección del medio ambiente.