En su discurso, el primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc destacó el significado del evento y lo consideró como una ocasión para repasar las buenas relaciones entre Hanói y Phnom-Penh consolidadas en los momentos más críticos de la historia de ambos pueblos. El jefe de Ejecutivo afirmó lo siguiente: “La hazaña del 7 de enero de 1979 es la victoria común de Vietnam y Camboya y de los otros pueblos progresistas del mundo. Este triunfo en la causa por defender la frontera del suroeste de la patria reafirma la indomabilidad y las fuerzas de la nación y su internacionalismo noble, la vecindad tradicional y el apoyo genuino del Partido Comunista, el Estado, el Ejército y el pueblo de Vietnam para el Reino jemer. La victoria eliminó totalmente el régimen genocida y resucitó al pueblo camboyano, abriendo así una nueva era de desarrollo en la independencia, la libertad, la paz, la neutralidad y la prosperidad”.

Entretanto, Tep Ngorn, vicepresidente del Senado camboyano expresó su agradecimiento al Partido, el Estado, el Frente de la Patria y el Ejército Popular de Vietnam por haber rescatado al pueblo jemer del régimen genocida y haber ayudado a su nación jemer a avanzar en la actual coyuntura. De esta manera, el también presidente honorífico del Consejo Nacional del Frente de Unidad y Desarrollo de la Patria camboyana dijo lo siguiente: “Los logros de los lazos bilaterales se reflejan en todos los ámbitos, desde los político y militar hasta los socioeconómico, cultural y científico. Concretamente, la cooperación comercial, inversionista y turística entre ambos países ha progresado mientras la solución de las diferencias sobre el tema de la frontera ha avanzado fuertemente con la colocación exitosa de hitos fronterizos en la mayoría del territorio terrestre. Estos resultados han contribuido a los esfuerzos de ambos pueblos para mantener la paz y la estabilidad, acelerar el crecimiento económico, mejorar la calidad de vida de la población y reducir la pobreza”.