Ese mismo día, se cancelaban los vuelos con Wuhan, epicentro de la enfermedad, el día 29 todos los vuelos con otras áreas epidémicas y el día 1 de febrero el Primer Ministro emitía la Decisión Nº 173 / QD-TTg anunciando la epidemia causada por la nueva cepa del coronavirus, declarando que: “Estamos en guerra. Todos somos soldados en el frente de batalla en la lucha contra el virus”.
Personal de salud toma muestra de una prueba de covid-19 (Foto: VNA) |
Con esta declaración, todo el pueblo, el sistema político, el ejército y demás actores se ponían manos a la obra a fin de contener este despiadado virus. El pueblo, atento a las múltiples decisiones emitidas por las autoridades, se dispuso a luchar contra el virus como si no hubiera un mañana. Las fuerzas de seguridad ocuparon sus puestos y toda la maquinaria antipandémica empezaba a funcionar.
Múltiples decisiones, instrucciones y un trabajo incesante han producido sus frutos: hoy en día, los casos de covid-19 suman 1.548 con 35 muertes, una cifra entre las más bajas del mundo y especialmente asombrosa dada la frontera compartida del país con China. La economía se ha mantenido en marcha, impulsándola a una de las tasas de crecimiento más altas de 2020 mientras que casi todos los países del globo luchan contra la recesión.
Una mirada al resto del mundo muestra que Vietnam vive en una burbuja de prosperidad: instituciones educativas funcionando a pleno rendimiento, empresas haciendo negocios y la gente muestra su felicidad con ocasión de la celebración del evento político más importante del país: el XIII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam.
Durante el año 2020, y pese a tener que enfrentar numerosas dificultades, Vietnam ha firmado tres importantes acuerdos de cooperación y comercio internacional, ha atraído numerosos inversores extranjeros, se ha puesto en marcha una nueva aerolínea (cuando todas las compañías afrontan daños que podrían resultar irreversibles) y asciende un puesto en los niveles de renta de los países del sudeste asiático. No hay punto de comparación entre el resto del mundo y la economía vietnamita ha crecido finalmente un 2,9%, que sabe a miel, dadas las circunstancias.
La zona turística de Suoi Tien (Arroyo de Hada) en Thu Duc, Ciudad Ho Chi Minh (Foto: tuvandulich.vn) |
En esta situación, Vietnam ha sabido aprovechar sus potencialidades: se ha impulsado la puesta en marcha de la administración electrónica, se ha priorizado el desembolso en infraestructuras (muchas de ellas puestas en marcha o aceleradas como medio de impulsar la economía al más puro estilo keynesiano) y comienza a dar sus frutos la implementación de políticas para fomentar la industria 4.0 o “cuarta revolución industrial inteligente”. Buena muestra de ello es la creación de la ciudad de Thu Duc por la fusión de los distritos 2, 9 y Thu Duc, que se convertirá en el polo de atracción de la zona, elevando sus capacidades y sirviendo tecnológicamente a todas las provincias vecinas.
Sin embargo, no se debe bajar la guardia. La aparición de nuevas variantes o mutaciones del virus que lo hacen todavía aun si cabe más peligroso ha de provocar que el pueblo, el sistema político, las fuerzas de seguridad y todos los implicados en la lucha contra la covid-19 mantengan la vigilia para poder continuar con la construcción de un país fuerte, seguro y capaz de vencer a cualquier adversidad.