Foto de ilustración: theglobepost
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La ministra de Relaciones Exteriores belga, Sophie Wilmes anunció el martes que Bruselas decidió expulsar a 21 diplomáticos rusos, sospechosos de estar implicados en operaciones de espionaje e influencia que amenazan la seguridad nacional. Esta labor resultó de la acción coordinada con los Países Bajos, que anunció la expulsión de otros 17 funcionarios del país euroasiático, e Irlanda tomó la misma decisión contra cuatro personas.
Polonia a su vez expulsó la semana pasada 45 diplomáticos rusos por espionaje y otros países como Bulgaria, Letonia, Estonia y Lituania hicieron lo mismo.
En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia decidió expulsar a 10 diplomáticos de Lituania, Letonia y Estonia. Más temprano, Moscú convocó a los jefes de las misiones diplomáticas de esos países a protestar contra la decisión de sus respectivos gobiernos, considerándola una actividad “provocativa y sin fundamento”.
Hasta ahora, los países europeos han expulsado a un total de 116 diplomáticos y empleados rusos por considerar que sus actividades “no cumplen con las normas internacionales de comportamiento diplomático”. Entre ellos, Polonia encabeza la lista con 45 personas.