Foto: Xinhua
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Para reforzar la seguridad, el gobierno brasileño movilizó una fuerza de 26 000 personas, incluidos 2900 soldados y militares, encargados de patrullar el área del museo y algunas calles donde el tránsito de vehículos está prohibido.
Además de vehículos blindados fuera del edificio, las autoridades brasileñas desplegaron barcos de la marina para patrullar la bahía de Botafogo, entre el museo y el Pan de Azúcar.
También ordenaron restringir el tráfico aéreo, incluido el uso de drones, y cancelar vuelos durante dos días en el aeropuerto nacional Santos Dumont, cerca del lugar de la magna cita.
Las autoridades brasileñas aumentaron la seguridad para la conferencia del G20 después que un complot suicida se dirigió a la sede de la Corte Suprema en la capital, Brasilia, el 12 de noviembre.