Según el reciente estudio elaborado por el Banco Mundial, el ascenso económico del país indochino es el resultado de cambios como la aplicación de la política de libre comercio, la reducción de las regulaciones y del costo de los negocios, así como el aumento de las inversiones en recursos humanos e infraestructura.
Los esfuerzos del Gobierno están recibiendo su recompensa, de modo que la liberalización comercial abrió puertas a nuevos acuerdos, con la disminución de impuestos para actividades mercantiles internacionales y al mismo tiempo, la elevación de la competitividad en la región.
El crecimiento económico del país, miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiatico, consiguió un pico récord en la década al rozar el 6,8% en 2017.