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Poirier calificó de significativa la visita de Pham Minh Chinh porque atrajo una gran atención pública en Francia, especialmente de las empresas. Varias compañías francesas volvieron a proyectarse en el exterior y a mirar hacia el Sudeste Asiático, y particularmente hacia Vietnam, nación que ha seguido avanzando durante estos dos años, aseguró.
Destacó que Vietnam tiene una estabilidad social y política, por lo que las empresas no corren mucho riesgo al invertir en este mercado. Además, en este país se encuentran ingenieros y ejecutivos calificados para dirigir empresas, señaló.
Según el consultor, el único obstáculo a superar son las diferencias culturales. Se trata de las distintas formas de abordar el desarrollo de negocios y de pensamiento, por lo que las compañías francesas y vietnamitas deben esforzarse por mejorar el entendimiento mutuo, evitar malentendidos y mostrar la voluntad de cooperación.
Expresó su confianza en que en el futuro habrá más empresas vietnamitas interesadas en el mercado galo.
El experto enfatizó el potencial de la región del Indo-Pacífico que atrae cada vez más la atención de las potencias del mundo, incluida Francia, siendo un área estratégica para el comercio internacional.
De esta manera, subrayó la necesidad de garantizar la libertad de tránsito en la zona porque es donde tiene lugar la mayoría de las actividades comerciales marítimas del planeta.