Esta medida señala una tendencia a volver a la política estadounidense de larga data sobre la cuestión Israel-Palestina, que se revirtió bajo la administración del expresidente Donald Trump.
La declaración del gobierno estadounidense se produjo un día después de que el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, informara que el primer ministro Benjamín Netanyahu y otros miembros del gabinete habían acordado establecer un consejo de planificación para aprobar el proyecto de construcción de unas 3300 casas en asentamientos.
La mayoría de estas viviendas están en Cisjordania, al este de Jerusalén.
Palestina ha protestado por el anuncio del plan por parte de Israel, señalando que la medida socava las posibilidades de lograr una solución de dos Estados.