La mayoría de las víctimas eran civiles, de los cuales niños y mujeres representaban más del 70%. Además, más de 7.000 personas están desaparecidas y probablemente muertas.
En cuanto a los combates transfronterizos entre el ejército israelí y las fuerzas de Hezbolá en el sur del Líbano, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, advirtió que esta milicia pagaría un precio muy alto por sus acciones recientes.
La advertencia se emitió inmediatamente después que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que un misil de Hezbolá fue lanzado contra la base aérea de Meron, al norte de Israel, el 27 de febrero, aunque el incidente no causó daños graves.
Anteriormente, los medios israelíes informaron que Hezbolá disparó unos 20 misiles antitanque hacia la base de Meron. Este es el segundo ataque consecutivo con misiles de esa fuerza libanesa contra objetivos israelíes en 24 horas, después del primero con más de 60 cohetes dirigidos contra una base de las FDI en los Altos del Golán.