La destacada artesana de la aldea, Ngo Thi Pho.

Data de la década de 1920, cuando las residentes de Tra Vinh aprendieron de manera casual las técnicas de tejido de esteras en Ca Mau. Al regresar, cortaron los juncos en tiras, los secaron, pidieron a los hombres que construyeran los marcos y comenzaron a tejer. Las primeras esteras producidas eran ásperas y torpes, pero representaban un ahorro en comparación con la compra de productos similares en el mercado. A medida que perfeccionaron sus habilidades en esta artesanía, lograron producir esteras más suaves. Para 1940, toda la región de Ca Hom – Ben Ba comenzó a fabricar esteras para su venta en el mercado. El oficio alcanzó su apogeo a partir de 1960. 

"Nací en 1945 y crecí entre los campos de juncos, observando a los aldeanos tejer esteras. Por esta razón, decidí seguir esta profesión, que he practicado durante varias décadas. Antiguamente, se tejían esteras de una sola hebra, pero hoy en día se utilizan múltiples hebras”. 

“Observé a mi mamá tejer esteras desde que era muy joven. Me casé hace varias décadas y desde los primeros días cuando mi esposo vino a mi casa y decidió quedarse aquí para ayudarnos a mantener viva esta artesanía”. 

“Aquí contamos con las mejores materias primas para el tejido de esteras para llegar a producir productos de calidad”.

Las esteras de Ca Hom - Ben Ba vienen en dos tamaños: la grande mide 1,6 metros de ancho y 2 metros de largo, y la pequeña tiene la dimensión de 1,9 metros por 1 metro.

Existen diferentes modelos de esteras, a saber, blancas, a colores, con estampados florales y con texto. La más distintiva es la estera con estampado floral en cinco colores: blanco, rojo, verde, amarillo y morado.

El proceso de fabricación es básicamente el mismo que en el sur: seleccionar tallos de juncos viejos y largos, secarlos, hervirlos y teñirlos. Lo que distingue a las esteras de Ca Hom-Ben Ba es su gran durabilidad, de hasta cinco años sin pudrirse ni desvanecerse. Sin embargo, el secreto de más de 100 años nunca ha sido revelado.

Según Kim Hoa, una tejedora de esteras de la aldea Ca Hom, los artesanos realizan todo el proceso a mano, con un gran esfuerzo, dedicando tiempo a la tintura y siendo meticulosos en la creación de los patrones. 

“Teñimos la estera con colores brillantes, la embellecemos manualmente y hacemos los agujeros de manera uniforme para que el producto terminado sea hermoso”.

Ly Thi Ha, residente de la aldea de Ben Ba, en la comuna de Ham Tan, compartió que  en la década de 1960, el precio de las esteras locales fue un 40 % más alto que el de las esteras de Ca Mau del mismo tipo, pero aún así no hubo suficiente para vender. Cada hogar en la aldea tenía al menos tres telares funcionando a plena capacidad. 

“En un día, mi esposo y yo solo podemos tejer dos esteras, que se venden por aproximadamente 4 dólares cada una. Toma varios días teñir una estera por primera vez. Después de que se seca, la teñimos una segunda vez”, dijo Ha.

Las esteras de Ca Hom-Ben Ba son producidas manualmente.

En la década de 1970, la aparición de esteras de nylon hizo más compleja la competencia para los artesanos locales. Sin embargo, en poco tiempo, los consumidores comenzaron a notar sus defectos, como la incapacidad de absorber el sudor o de disipar el calor. Por esa razón, las esteras de Ca Hom-Ben Ba vuelven a ganar la posición legítima en el corazón de la gente.

En los años 90, la aldea de tejido de esteras estaba nuevamente al borde de la extinción, ya que los aldeanos no podían obtener suficientes materias primas y sus esteras competían contra diseños más modernos.

Ante tal circunstancia, una de las destacadas artesanas de la aldea, Ngo Thi Pho diseñó nuevos patrones, varió los colores y comenzó a tejer esteras de doble cara. En 2000, las esteras de flores de doble cara aparecieron en el mercado bajo la marca Ngo Thi Pho. Algunas fueron encargadas por clientes camboyanos para ser utilizadas en los salones principales de pagodas y torres.

En 2001, la comuna de Ham Tan desarrolló un proyecto para financiar la fabricación de telares para 40 hogares pobres y pidió a Ngo Thi Pho que les enseñara a tejer las esteras de doble cara. Desde entonces, la aldea de Ca Hom-Ben Ba revivió el oficio tradicional del peligro de extinción.

Actualmente, cuenta con 450 hogares dedicados al tejido de esteras, empleando a 400 tejedores y 1500 trabajadores que cultivan juncos, procesan materias primas y mezclan tintes.

La aldea de Ca Hom-Ben Ba produce unas 150 000 esteras al año. La cooperativa de esteras de Ham Tan reúne a productores locales para garantizar una producción estable y sostenible, mejorar la calidad del producto y expandir el mercado. Actualmente, estos productos artesanales se encuentran disponibles en todo el Delta del Mekong y en el sureste de Vietnam.

Al respecto, la artesana Do Thi Mai Hoa dijo lo siguiente: “En un año, vendo 7000 esteras que compro solo de la provincia de Tra Vinh porque allí son de buena calidad. Tienen una gran demanda desde diciembre hasta el Año Nuevo Lunar, a finales de enero y principios de febrero”.

Durante más de 100 años, los hábiles artesanos de la aldea de tejido de esteras Ca Hom – Ben Ba se han esforzado por crear productos únicos, duraderos y estéticos. Su legado artesanal ha sido recientemente incluido por el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo en la lista del Patrimonio Inmaterial Nacional en la categoría de "Oficio tradicional".