Según informes de diferentes investigadores tanto vietnamitas como extranjeros, de 1961 a 1971, las tropas norteamericanas arrojaron en una cuarta parte del sur de Vietnam, cerca de 80 litros de sustancias tóxicas como rosa, blanca, morada y azul. El 61% de ellas, fueron del conocido agente naranja que contenía 366 kilógramos de dioxina. Esos defoliantes provocaron efectos nocivos en el ecosistema de las localidades afectadas en una superficie de 3 millones de hectáreas.
Solventar el problema en los puntos más contaminados por la dioxina
Una víctima de la dioxina (Foto de ilustración) |
Los aeropuertos de Phu Cat, Da Nang y Bien Hoa son los tres puntos más contaminados por el agente naranja. El porcentaje de la dioxina en la tierra y el lodo supera cientos e incluso miles de veces el nivel permitido. En este sentido, el Gobierno de Vietnam ha persistido en cumplir los planes de acción nacionales para solucionar el problema con proyectos eficientes a fin de impedir la expansión de las sustancias tóxicas en el suelo.
En 2015, con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), el país indochino finalizó la construcción del área de eliminación de la dioxina en el aeródromo de Phu Cat, en la provincia central de Binh Dinh, con el cual ha descontaminado más de 7 mil 500 metros cúbicos, excluyendo así esta instalación de la lista de las zonas más afectadas por la sustancia tóxica. Entretanto, de agosto de 2012 a noviembre de 2018, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en coordinación con el Ministerio de Defensa de Vietnam, confirmó limpiar exitosamente 13,7 hectáreas de suelo cumpliendo un proyecto valorado en 110 millones de dólares. Mientras, en abril de 2019, dicha entidad norteamericana continuó cooperando con las Fuerzas Aéreas y Antiaéreas vietnamitas para eliminar de raíz la dioxina contaminante en el aeropuerto de Bien Hoa, en la provincia sureña de Dong Nai, con un plan estimado en más de 390 millones de dólares que se desplegará durante 10 años. Bien Hoa es el aeródromo más perjudicado por el defoliante del país con más de 52 hectáreas del suelo, incluidos 500 mil metros cúbicos de tierra y piedra expuestos al agente naranja.
Con los esfuerzos del Gobierno de Vietnam, Estados Unidos y algunas organizaciones internacionales, se han registrado resultados notables en la limpieza ambiental en la nación asiática. De esta manera, el viceministro de Defensa de Vietnam, coronel general Nguyen Chi Vinh evaluó: “Primero, esta labor ayuda al desarrollo socioeconómico y la superación de las consecuencias de la dioxina que perjudican a los ciudadanos expuestos y el medioambiente. Segundo, contribuye a reforzar las relaciones entre Vietnam y Estados Unidos a través de acciones concretas para solventar el problema del agente naranja. Tercero, en este proceso aprendemos mucho sobre nuevas tecnologías de avanzada y las experiencias profesionales para cumplir con eficiencia las tareas”.
Compartir juntos el dolor de las víctimas de la dioxina
Vietnam tiene unos 4 millones 800 mil personas expuestas al agente naranja, más de 3 millones afectadas por esta sustancia tóxica, y las consecuencias derivadas perduran en la tercera o cuarta generación. Para superar estos retos, Vietnam ha promulgado numerosas políticas de apoyo a los pobladores afectados en materia de producción, sanidad, educación y recuperación funcional. Al respecto, el presidente de la Asociación de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina de Vietnam (AVAV), coronel general Nguyen Van Rinh, informó: “Nuestra organización colabora con las autoridades de diferentes provincias y ciudades para construir cinco centros de desintoxicación. Una vez cumplidos los procesos necesarios, los pacientes se recuperarán”.
La creación de centros de formación profesional para las víctimas de la dioxina es también una tarea prioritaria del país con los aportes del sector privado y de los benefactores extranjeros. Do Thi Nhai, madre de una persona afectada por el agente naranja, residente en el distrito de Thach That, Hanói, dijo lo siguiente: “Estamos conmovidos y agradecidos por la atención del Partido y el Estado. Esta es una fuente de estímulo para persistir en cuidar a nuestra hija y superar las dificultades”.
La guerra terminó hace décadas, pero sus consecuencias derivadas de la dioxina permanecen. Junto con los esfuerzos comunes, Vietnam persevera en garantizar un ambiente seguro a favor de la salud de los pobladores, contribuyendo así a aliviar el dolor de las víctimas de esa sustancia química y sus familiares.