La relación entre la independencia nacional y el socialismo ha sido un hilo conductor en la ideología del presidente Ho Chi Minh y la revolución vietnamita desde el establecimiento del Partido Comunista. Gracias a esta fuerza combinada, la nación indochina consiguió la victoria en la Revolución de Agosto de 1945, así como en las guerras de resistencia contra Francia y Estados Unidos con la reunificación de la patria, sentando así una base nítida para que el país siga progresando y dirigiéndose hacia el socialismo.

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Resolver la cuestión de la relación entre la independencia nacional y el socialismo es un avance teórico básico, que demuestra la valentía y la creatividad del presidente Ho Chi Minh y del Partido Comunista de Vietnam. La contribución del tío Ho no reside únicamente en destacar la inevitabilidad del socialismo como humanismo y cultura, y desarrollo y progreso imparables, sino que también en responder de modo oportuno a la pregunta “¿Qué es el socialismo?”, hasta establecer las características esenciales de este. Según el gran líder, el socialismo significa que la gente y la nación prosperen, brindando felicidad a los ciudadanos. También significa mejorar la vida material y espiritual de las personas, garantizando que todas tengan alimentos y ropas y se sientan felices y libres, además de vincular el progreso nacional con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la cultura.

El socialismo en el tesoro ideológico de Ho Chi Minh es una sociedad en la cual el pueblo es el dueño y el poder pertenece al mismo. Es una sociedad por y para la gente, donde los seres humanos son tanto el objetivo como la fuerza impulsora del desarrollo. Aspira a la erradicación del hambre, la reducción de la pobreza, el aumento de la riqueza, el desarrollo económico asociado con el progreso social y la justicia; todos deben tener alimentos y víveres, y acceso a la educación y servicios médicos. 

Ho Chi Minh sentó las bases para el desarrollo sostenible concentrándose en tres pilares: economía, sociedad y medio ambiente. Así, busca erradicar la pobreza extrema, prestar atención a la educación primaria y fomentar la igualdad entre hombres y mujeres con la mejora de la condición de vida de estas últimas, y  reducir la mortalidad infantil y prevenir y controlar enfermedades. También prioriza la cooperación económica internacional con el establecimiento de la asociación global para el desarrollo. El legado del tío Ho ha sentado las bases y la guía para que el Partido Comunista de Vietnam establezca la plataforma y la estrategia de construir el país en el período de transición al socialismo con el objetivo de traer la prosperidad a su gente, contribuyendo al desarrollo nacional hacia la democracia, la igualdad y la modernidad.   

El pensamiento sobre el socialismo y el camino para alcanzar este fin en Vietnam se formó y desarrolló sin cesar desde los años 20 del siglo XX, pero sus valores se preservan intactos, allanando el camino para que la Revolución siga iluminando el futuro y perdurando con la nación y la humanidad. A 35 años de la renovación, sobre la base del marxismo-leninismo y la ideología de Ho Chi Minh, el país ha logrado avances sin precedentes como se afirma en el documento del XIII Congreso Nacional del Partido Comunista: “Nuestra nación nunca ha tenido la fortaleza, potencial, posición y el prestigio internacional que tiene hoy”.

El tesoro ideológico del tío Ho, como lo demuestra la realidad de la revolución vietnamita, se depositará cada vez más profundamente en el corazón de millones de personas. Esta ideología continúa iluminando el camino revolucionario de la nación, especialmente en el contexto de que Vietnam está haciendo grandes esfuerzos en la senda del desarrollo y la integración internacional. Su significado histórico al igual que su valor teórico y práctico han trascendido las fronteras nacionales y se han convertido en una parte valiosa de la cultura humana.