Corea del Sur confirma la voladura de la oficina de comunicación intercoreana en la zona industrial común de Kaesong. (Foto: Yonhap)

Según medios de comunicación y el círculo de analistas internacionales, es preocupante la actual situación en la península de Corea, muy contraria al ambiente positivo de hace dos años cuando se efectuó la primera cumbre Estados Unidos-Corea del Norte en Singapur (12 de junio de 2018). En reacción al lanzamiento de globos con mensajes propagandísticos contra la administración de Pyongyang realizada por un grupo de desertores norcoreanos en Corea del Sur, el gobierno del líder Kim Jong-un ha hecho declaraciones y acciones muy duras dirigidas al país vecino y a Estados Unidos también.

Actitud recia de Corea del Norte

La destrucción de la Oficina de Comunicación intercoreana es considerada la materialización de la advertencia de Kim Yo-jong, hermana del mariscal Kim Jong-un y vicejefa primera del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea, quien el pasado 13 de junio declaró que “la próxima respuesta será asumida por el Ejército”. Según comentaron analistas en esos momentos, la funcionaria insinuaba la demolición de aquella oficina.

Es más, un día antes de cumplirse ese presagio, el periódico Rodong Simun, órgano del Partido del Trabajo de Corea, publicó un artículo en el que afirmó que ocurrirán consecutivas represalias. El escrito se difundió justamente en ocasión del vigésimo aniversario de la Declaración alcanzada en el primer encuentro intercoreano en 2000 entre el presidente norcoreano Kim Jong-il y el jefe de Estado surcoreano Kim Dae-jung. Criticó la incompetencia de Seúl por no lograr impedir a los activistas antinorcoreanos repartir octavillas con globos en las fronteras compartidas, además de acusarle de provocar la peor tensión hasta la fecha en la península. Del mismo modo, la agencia noticiosa central de Corea del Norte KCNA lo describió como “una acción preventiva” de preguerra. Especialmente, al mediodía del 9 del corriente mes, Pyongyang cortó toda línea de comunicación con Seúl, incluida la militar directa, al tiempo que afirmó que tratará a Corea del Sur como a un “enemigo”.

Autoridades de las dos Coreas inauguran la Oficina de Enlace en Kaesong en 2018. (Foto: AP)

No solo atacar a su vecino, Corea del Norte también manifiesta su disconformidad con la administración estadounidense. La KCNA citó el pasado 11 de junio palabras del canciller Ri Son-gwon, quien estimó que a dos años de la histórica cumbre de Singapur, la esperanza de una mejoría de las relaciones con Estados Unidos se convirtió en una “desesperación”. De acuerdo con él, Washington sigue tratando de aislar a su nación y amenazando constantemente con cambiar el sistema político en Corea del Norte o infligirle castigos con armas nucleares en una acción preventiva.

Situación inquietante

En realidad, después de la malograda segunda cumbre norcoreano-estadounidense a principios de 2019, Pyongyang realizó actos provocadores y dio abiertamente su espalda a Seúl, como por ejemplo sus decenas de ensayos de armas y el rechazo a la promoción de los proyectos de cooperación conjunta. Analistas estimaron que la actual tirantez es el efecto inevitable del prolongado estancamiento en el proceso de diálogo sobre la desnuclearización en la península.

En este contexto, las autoridades surcoreanas llamaron en repetidas ocasiones a la colaboración de Corea del Norte sobre la base de los acuerdos sellados. El 15 de junio, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, instó a Pyongyang a encontrar puntos innovadores mediante la negociación. El mismo día, el ministro de Unificación de Corea del Sur, Kim Yeon-chul, dijo que ambas naciones deben recordar el espíritu reconciliador destacado en la primera cumbre entre sus máximos dirigentes en 2000, según el cual la paz y el consenso prevalezcan ante el enfrentamiento y la división. Recalcó que deben imbuirse de esta guía si no quieren perder la orientación en la actual crisis. 

A su vez, el Estado Mayor Conjunto de ese país (JCS) reveló que el ejército surcoreano sigue de cerca todos los movimientos militares de Corea del Norte y se mantiene en disposición combativa para poder responder a cualquier eventualidad. El Consejo Nacional de Seguridad surcoreano también convocó el día 14 a una reunión urgente extraordinaria en la que participaron los altos funcionarios para debatir las últimas reacciones de Pyongyang.   

De acuerdo con los analistas, es muy preocupante la tensión en la península. Sin embargo, muchos aún confían en que las autoridades actúen con compostura y que no se salga fuera de control. Saben muy bien que las consecuencias de cualquier escenario indeseado serían dramáticas para todas las partes relacionadas.