El ministro de Defensa de Japón, Nobuo Kishi, habla en una conferencia de prensa en Tokio el 16 de septiembre de 2020. (Foto: AFP/VNA) |
Oponerse a actividades en detrimento del orden internacional
En una conversación telefónica efectuada el pasado 25 de mayo, el ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi, y el primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-o-Cha, afirmaron que la Visión japonesa de un Indo-Pacífico Libre y Abierto tiene muchas cosas en común con la Visión de la Asean para la región del Indo-Pacífico.
Los dos dirigentes expresaron su apoyo al respeto a los principios consagrados en la Visión de la Asean para el Indo-Pacífico y a las leyes internacionales, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (Unclos).
Anteriormente, funcionarios de alto nivel nipones mantuvieron llamadas telefónicas por separado con sus homólogos de Filipinas y Australia sobre temas de relaciones bilaterales y seguridad regional. En consecuencia, enfatizaron su compromiso de cooperar estrechamente en el mantenimiento de la paz y la estabilidad regionales, reiterando su fuerte oposición a cualquier acción unilateral para cambiar el status quo en el Mar del Este y el Mar de China Oriental, así como a otras que puedan incrementar las tensiones.
Mientras, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae-in, también emitieron el pasado 21 de mayo una declaración conjunta, en la que reafirmaron su apoyo al papel central de la organización del Sudeste Asiático y la formación de la estructura regional liderada por la misma.
El documento declara que Washington y Seúl se oponen a cualquier actividad que socave, desestabilice o amenace el orden internacional basado en el derecho, y abogan por construir una región del Indo-Pacífico inclusiva, libre y abierta.
Las dos partes están comprometidas con el mantenimiento de la paz y la estabilidad, el libre comercio y el respeto al derecho internacional, incluida la libertad de navegación y sobrevuelo en el Mar del Este.
Cooperación por la paz y la estabilidad en la región
Estas declaraciones se produjeron en el contexto de que China recientemente aprobó la Ley de Guardia Costera e inició su implementación, lo que ha causado gran preocupación y objeción por parte de la comunidad internacional. En virtud de esta nueva legislación, la guardia costera del gigante asiático puede usar armas de mano, otras instaladas en barcos y armamento aéreo para atacar a otros buques extranjeros. Además, Beijing permite a esta unidad impedir que otros países construyan edificios o estructuras flotantes en los arrecifes y las islas reivindicadas unilateralmente por China.
La comunidad internacional denuncia estas acciones ilegales de Beijing. Japón y Filipinas han enviado notas diplomáticas a las Naciones Unidas para expresar su oposición, afirmando que dicha norma de China pone en peligro las actividades legítimas de conformidad con el derecho internacional en el Mar del Este. Mientras, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y otras naciones han enviado sus barcos a esas aguas.
Por su parte, los países que también tienen reclamos territoriales en el Mar Oriental, como Brunéi, Malasia, Filipinas, Taiwán (que pertenece a China) y Vietnam, han expresado sus enérgicas objeciones a esta nueva legislación. Comentaron que esa es una prueba más del intento de Beijing para legalizar su uso de la fuerza al servicio de reclamaciones unilaterales en el Mar del Este.
Afirmaron que el uso ilegal de la fuerza o las amenazas con usarla por parte de China crearán un pretexto para los conflictos armados, causarán inestabilidad y pondrán en peligro la paz y la seguridad regionales.
El Mar del Este es una ruta marítima importante del mundo cuyo papel no solo tiene un valor estratégico en términos de economía, comercio, defensa y seguridad, sino también en geopolítica. Por tanto, mantener un entorno de paz y estabilidad allí beneficiará a todos los países y es una responsabilidad común.
Para el asunto del Mar Oriental, la Asean persisten en promover la cooperación, el diálogo y el fomento de la confianza en la región, así como en asegurar la aplicación plena y efectiva de la Declaración sobre la Conducta de las Partes Concernientes en el Mar del Este (DOC), de cara a desarrollar un eficiente y vinculante Código al respecto (COC), en consonancia con el Derecho Internacional y la Unclos.
Tal postura de la agrupación del Sudeste Asiático ha recibido el apoyo de la comunidad internacional con un fuerte compromiso de cooperación, por el mantenimiento de la paz y la estabilidad comunes.