El presidente estadounidense Donald Trump (i) y el candidato demócrata Joe Biden en la ronda final del debate en vivo en Nashville, del Estado de Tennesse (Foto: AFP/VNA) |
Solo faltan unos días para los comicios presidenciales de Estados Unidos, cuyos resultados afectarán los planes de cooperación política, económica y de seguridad entre Estados Unidos y Asia en el futuro. Este es también un tema que preocupa a los analistas y académicos tanto regionales como internacionales.
El plan de giro hacia Asia de Estados Unidos
Durante los últimos 10 años, la asociación estratégica entre Estados Unidos y el Sudeste Asiático se ha desarrollado satisfactoriamente, en especial bajo el Gobierno del ex presidente estadounidense, Barack Obama, quien promovió una estrategia para “reequilibrar la región de Asia-Pacífico”. Se trata de un paso estratégico de Washington destinado a hacer realidad su política exterior “plenamente comprometida” con el Sudeste Asiático y restablecer sus relaciones con otros países de la región.
Algunos de logros importantes en la política asiática de la administración de Obama fueron la creación de un marco para la cooperación continua con los países del Sudeste Asiático y el fortalecimiento de la colaboración política y militar con los aliados en la región, así como el impulso del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
Sin embargo, todo esto cambió luego de que Donald Trump llegara al poder en 2017. Anunció el retiro de Washington del TPP, al que la administración de su predecesor había dedicado muchos esfuerzos por lograrlo. En noviembre del mismo año, el multimillonario lanzó la estrategia del Indo-Pacífico para reemplazar la establecida por Obama.
En términos de naturaleza, las políticas para la zona de Asia-Pacífico iniciadas tanto por Trump como por Obama se basan en consideraciones estratégicas geopolíticas sobre los países de Asia y el Sudeste Asiático. Pero, en realidad, la iniciativa de Trump favorece una competencia estratégica más integral para contener a China, en lugar de implementar una cooperación multidisciplinaria con los países asiáticos.
Diversos observadores evaluaron que, si Trump es reelegido en su segundo mandato, continuará con su política exterior de frenar la influencia global de China, mientras que los países del Sudeste Asiático deberán adoptar una estrategia equilibrada entre las dos potencias.
En tanto, otros analistas sugirieron que, si el candidato demócrata a la presidencia Joe Biden sale elegido, una de sus prioridades será continuar favoreciendo el “multilateralismo” y el “regionalismo”, dos temas que la administración de Trump ha abandonado. Además, Biden se esforzará para llevar de vuelta a Estados Unidos a las negociaciones de acuerdos de libre comercio. Estos son asuntos que preocupan mucho a los países del Sudeste Asiático.
Sin embargo, de hecho, la mayoría de los líderes de esta zona han declarado en varias ocasiones que no tienen intención de “posicionarse” entre China y Estados Unidos.
¿Estados Unidos quiere afirmar su posición en el Sudeste Asiático?
En vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 que tendrán lugar el 3 de noviembre próximo, los responsables políticos de ambos lados del Pacífico cuestionan si Joe Biden continuará las políticas de Barack Obama o Donald Trump en caso de que gane la victoria en los próximos comicios. La respuesta es ciertamente muy difícil, pero según expertos, el nuevo líder estadounidense necesitará desarrollar una nueva política exterior que sea más adecuada a la situación real.
Señalaron que, en la actualidad, para Estados Unidos, sin importar quién sea elegido, debe cambiar su política exterior de una manera que sea más beneficiosa para su país. Y, ciertamente, el Sudeste Asiático, con su importante posición geoestratégica en Asia y su capacidad cohesiva y adaptativa, será, sin duda, una prioridad de la nueva administración estadounidense para mantener su papel global.