El plan consta de 80 páginas y 50 de ellas tratan del ámbito político con la propuesta sobre la coexistencia de dos estados Israel y Palestina. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió la fundación de un estado palestino independiente con capital en algunos lugares de Jerusalén Este, el control del duplicado territorio actual y un túnel subterráneo que uniría Cisjordania y la Franja de Gaza. Sin embargo, se requiere el reconocimiento de Palestina a Jerusalén como capital de Israel. Por su parte, Washington reconocerá los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados en Cisjordania, los cuales continúan siendo rechazados internacionalmente.
Plan “vino viejo en botella nueva”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (Foto: The Nation) |
Analistas describieron de nada novedoso el enfoque de Donald Trump acerca de los problemas más críticos de los conflictos en Oriente Medio, incluidos los mecanismos de Jerusalén, los asentamientos judíos y los territorios ocupados
El Plan de Paz propuesto por el inquilino de la Casa Blanca es la continuidad de los pasos tomados por el presidente norteamericano como declarar Jerusalén capital de Israel (diciembre de 2017) y trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv hasta Jerusalén (mayo de 2018), así como reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán (marzo de 2019) y sus asentamientos en los territorios palestinos ocupados en Cisjordania (noviembre de 2019). Esas acciones son calificadas de apoyo parcial de Washington a la nación judía, el cual continúa enfrentando el rechazo categórico de Palestina y numerosos países del mundo, además de ser una barrera que obstaculiza el proceso de paz en Oriente Medio.
En una reunión extraordinaria en la ciudad saudí de Yeda efectuada el 3 de febrero, la Organización para la Cooperación Islámica compuesta por 57 países miembros en representación de más de mil 500 millones de musulmanes del mundo, impugnó el Plan de Paz promovido por el presidente estadounidense e instó a las naciones miembros a abstenerse del cumplimiento de ese documento. La declaración emitida rechaza el plan de Estados Unidos e Israel porque no satisface las aspiraciones mínimas y los derechos legítimos de los palestinos y va en contra del proceso de paz en Oriente Medio.
Mientras, la Liga Árabe refutó el 1 de febrero la propuesta de Donald Trump, considerándola injusta para los palestinos porque no garantiza los derechos mínimos ni satisface la aspiración de este pueblo. Durante años, las resoluciones de la Cumbre de esta organización han reconocido a Jerusalén Este como capital de un estado palestino independiente con la frontera demarcada antes del estallido de la guerra en 1967. Por esta razón, líderes de los países de la Liga Árabe afirmaron no colaborar con el Gobierno norteamericano para poner en práctica dicho proyecto. Por su parte, autoridades palestinas acusaron en repetidas ocasiones a Estados Unidos de perjudicar el proceso de paz en Oriente Medio al proponer un plan irresponsable y totalmente carente de objetividad.
Falta de factibilidad con riesgos latentes
La comunidad internacional describió como lógico el rechazo de Palestina y el mundo árabe al plan no factible para recuperar la paz regional. El vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, afirmó el 2 de febrero que la propuesta de Donald Trump no resultará exitosa sin el consenso de las partes involucradas. Junto con las reacciones de los palestinos y el mundo árabe, relativas directamente al tema, es comprensible que el bloque continental no confíe en la factibilidad del Plan de Paz publicado por el ocupante de la Casa Blanca.
Mientras, numerosos analistas evaluaron que el enfoque de Donald Trump en cuanto a los asentamientos judíos va en contra de la solución de dos estados apoyada internacionalmente, de conformidad con la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto quiere decir que el supuesto “acuerdo del siglo” de Washington para la paz en Oriente Medio desvía del camino común para hacer regresar a Israel y Palestina a las negociaciones. Con un proyecto parcial sin basarse en los intereses de las partes involucradas, es claro que no reportará ningún resultado innovador, más bien, continuará hundiendo la región en caos.