La reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 se llevó a cabo en el contexto de que el conflicto en Ucrania ha entrado en su quinto mes, cuyas consecuencias empujan a la escalada de los precios de las materias primas y la crisis del encarecimiento de la vida. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió recientemente que las perspectivas económicas mundiales siguen siendo inciertas y que las interrupciones en el suministro de combustibles a Europa podrían llevar a más economías del mundo a una recesión. Esta institución también se vio obligada a rebajar su previsión de crecimiento económico mundial al 3,6%, y esta es la tercera vez que recorta la previsión de este año, al tiempo que no excluye la posibilidad de que la economía mundial continúe enfrentándose a una recesión en el año próximo.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen. (Foto: AFP/VNA)
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Urge un consenso para solucionar problemas urgentes
Una amplia gama de temas relacionados con el aumento de los precios, la inflación, las preocupaciones en torno a la fuerte apreciación del dólar estadounidense frente al euro, los riesgos de insolvencia por el sobreendeudamiento de varias economías emergentes, la seguridad alimentaria y los precios del petróleo se someterán a debate en esta conferencia. Además, los líderes financieros del G20 analizarán otras cuestiones, tales como la promoción de iniciativas globales sobre energía verde, la banca digital y la propuesta de establecer estándares fiscales comunes.
Si hace una década, a los bancos centrales se les atribuyó el rescate de la economía mundial de la crisis financiera global, ahora se les critica duramente, puesto que la inflación está aumentando vertiginosamente en muchas partes del mundo.
En los últimos dos meses, más de 80 bancos centrales han elevado con niveles altos las tasas de interés. Mientras tanto, los inversores se apresuran a recoger dólares como reserva de valor, en el contexto de que las incertidumbres macroeconómicas provocan una fuga de capitales. Esto obliga a las autoridades de muchos países a considerar una posible intervención para proteger su moneda local.
¿Cómo los líderes financieros del G20 pueden lograr una voz común en temas de seguridad alimentaria? Este es uno de los desafíos que enfrenta esta conferencia ministerial. Varios países del mundo se encuentran con escasez de alimentos, incluidos Egipto, Turquía, Bangladesh e Irán, países fuertemente dependientes de Rusia y Ucrania, al ocupar más del 60% de sus importaciones de trigo.
En abril, en el marco de la conferencia de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, efectuó una reunión con funcionarios financieros internacionales y expertos en seguridad alimentaria en la cual los delegados acordaron esbozar una serie de principios comunes y un plan de acción en este sentido, pero desde entonces se han logrado pocos progresos.
En la conferencia de Balí, los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 buscan un consenso sobre una variedad de otros temas, como por ejemplo la propuesta de Washington de imponer un techo a los precios del petróleo ruso y la forma de impedir la caída del valor de las monedas locales frente al dólar estadounidense, entre otros.
Encontrar soluciones para la economía global
Actualmente, se han registrado algunas señales positivas en la Conferencia de Balí, según las cuales la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, anunció una donación de 70 millones de dólares por parte de su nación destinada al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza. Esta financiación ayuda a los países pobres a obtener préstamos sin intereses. Yellen también pidió a China que participe en los esfuerzos de reestructuración de la deuda de los países de bajos ingresos.
En debates anteriores, el G20 ha logrado avances significativos en temas relativos a los principios de la gestión de las criptomonedas y las monedas digitales por parte de los bancos centrales. El grupo ha intentado idear una solución para ayudar a los países pobres a resolver la crisis alimentaria y asegurar el suministro de alimentos y fertilizantes. El gobernador del Banco Central de Indonesia, Perry Warjiyo, dijo que las partes están tratando de llegar a un comunicado conjunto después de dos días de trabạho, o al menos una Declaración Presidencial.
Sin embargo, el conflicto entre Rusia y Ucrania continuó ensombreciendo la agenda de la conferencia en Bali. Todavía existen desacuerdos entre los países occidentales y Rusia sobre la redacción de la Declaración Conjunta, la evaluación del estado de la economía mundial y el impacto del conflicto ruso-ucraniano. Por eso, si la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 puede o no encontrar una solución a la economía global, eso dependerá de que los gobiernos dejen de lado sus diferencias políticas, al tiempo que tomen medidas enérgicas para responder a los “shocks” sin precedentes en el sistema alimentario y energético global. Estos son desafíos que no se superan fácilmente.