Según el fallo de la CPA, China no tiene soporte jurídico para sostener sus “derechos históricos” sobre los recursos en el Mar del Este dentro de la llamada “línea de nueve tramos”. Es decir, Beijing no puede reclamar una zona económica exclusiva ni tiene el “derecho histórico” de reclamar la soberanía para extraer recursos en esta área.
El juicio ha sido foco de atención especial
 El Tribunal Arbitral de La Haya (Países Bajos) celebró un litigio a puerta cerrada del 7 al 13 de julio de 2016 para el caso de Filipinas contra China en relación con las reclamaciones ilegales de Beijing sobre el Mar del Este. (Foto: PCA) |
En el momento de su promulgación, el laudo no sólo atrajo la atención de países de la región y de aquellos que también tenían disputas de soberanía en el Mar del Este con China, sino también de territorios de fuera de la región.
Numerosas declaraciones de líderes, cientos de artículos de análisis y comentarios de académicos e investigadores de dentro y fuera de la zona reconocen el importante significado del fallo de la CPA, considerándolo una base legal para ayudar a minimizar y resolver las disputas de soberanía en el Mar del Este, en conjunto con la Unclos de 1982. La comunidad internacional evaluó que dicha corte ha destacado la importancia del derecho internacional en la solución de las diferencias relacionadas con los límites en dicha zona marítima, poniendo el énfasis en las obligaciones de las partes concernientes en el marco de la mencionada Unclos de 1982, y al mismo tiempo, rechazando las acciones unilaterales que incumplen el derecho internacional, las cuales son causa de inestabilidad en la región.
Aunque en los últimos cinco años la situación en el Mar del Este no ha evolucionado según lo establecido en el laudo, esta resolución arbitral ha sido un catalizador para reacciones más intensas a las infracciones de China en el área. La cuestión de las disputas de soberanía en el Mar del Este y el cumplimiento del derecho internacional se han convertido en un tema candente en muchos foros y conferencias multilaterales y bilaterales.
En 2020, la comunidad internacional fue testigo de una “guerra de notas diplomáticas” relacionadas con el conflicto en el área. Las notas de todos los países se referían, directa o indirectamente, al laudo del Tribunal Arbitral Internacional en el caso de Filipinas de 2016, que se opuso a todos los irrazonables reclamos de Beijing en el Mar del Este. Esta es una clara evidencia de que estas aguas no son sólo un problema entre los territorios de la región y China, sino también una preocupación para la mayoría de los países del mundo.
En junio de 2021, cerca de 100 países miembros de la ONU se unieron al “Grupo de Amigos de la Unclos”, y cada vez más naciones participan en las operaciones de libertad de navegación (FONOP) en el Mar del Este, expresando así sus posiciones frente a las ilegales reclamaciones de soberanía.
No hay lugar para intereses unilaterales en el Mar del Este
 Multitudes reunidas frente al Consulado de China en la ciudad de Makati, Filipinas, el 12 de julio para conmemorar el quinto aniversario del fallo del Mar del Este. (Foto: ABS-CBN News) |
El Mar del Este tiene una gran importancia geoestratégica a nivel mundial. Esto es así por cuanto se encuentra en la principal ruta marítima que conecta el Océano Pacífico y el Océano Índico, así como Europa-Asia y Oriente Medio-Asia, desempeñando un papel primordial en el comercio marítimo mundial.
Con una posición tan importante estratégicamente hablando, mantener la paz, la estabilidad y la seguridad en el Mar del Este es un deber para todos los países circundantes con reclamaciones de soberanía y también para aquellos de fuera de la región.
De esta manera, las partes involucradas deben cumplir con el contenido del laudo de la Corte Permanente de Arbitraje dictado el 7 de diciembre de 2016, incluida la Unclos de 1982. El Mar del Este es una prueba para los países con intereses comunes en sus esfuerzos por mantener la paz, la estabilidad y la cooperación regional, así como un símbolo de la preeminencia del derecho y la protección del orden mundial basado en la ley.