El presidente norteamericano, Joe Biden. (Foto: Dallas Morning News) |
Para cristalizar el lema “Estados Unidos está de vuelta”, el nuevo inquilino de la Casa Blanca se ha comprometido a financiar el programa de distribución de vacunas de la Organización Mundial de la Salud, ha regresado al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y ha lanzado un paquete de estímulo por valor de dos billones de dólares, que no solo influirá a la economía estadounidense sino también a la global.
Cambios en la política exterior de Estados Unidos
El presidente Joe Biden está demostrando a la comunidad mundial, en especial a sus aliados y socios, que los compromisos que asumió durante su campaña electoral y desde su investidura el pasado 20 de enero, se materializarán y no serán promesas “vacías”.
En concreto, Washington regresó de forma oficial al Acuerdo de París para combatir el cambio climático, prorrogó por otros cinco años del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) con Rusia, ingresó de nuevo al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como observador y participa y brinda asistencia a la Organización Mundial de la Salud. También se muestra dispuesto a negociar con Irán y el resto de integrantes del grupo P5+1 para volver a formar parte del acuerdo sobre el nuclear de Irán, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), y a poner fin al apoyo al ejército de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en la guerra de esta coalición contra los hutíes en Yemen.
Cabe destacar que Biden nombró al exsecretario de Estado John Kerry como representante especial del presidente en la respuesta al cambio climático, un cargo insólito y equivalente a un puesto en el Gabinete. Además, ha prometido contribuir con una aportación total de 4 mil millones de dólares al mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra el covid-19, llamado COVAX, para ayudar a los países de ingresos bajos y medios a acceder a la inyección.
Al intervenir en la Cumbre virtual del G7 y la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebradas la semana pasada, Biden prometió un apoyo “inquebrantable” de Estados Unidos a la alianza transatlántica. Manifestó que su país debe trabajar más para recuperar la confianza de sus aliados y poder mantener su posición de liderazgo. Además, el mandatario estadounidense enumeró los pasos concretos destinados a abordar las deficiencias de la asociación transatlántica.
Con anterioridad, en su primer discurso oficial sobre política exterior con motivo de una visita de trabajo al Departamento de Estado el 4 de febrero, Biden había afirmado que Estados Unidos cooperaría con sus aliados y socios, y renovaría el papel en las instituciones internacionales a fin de recuperar su “credibilidad y autoridad moral”.
De ese modo, la política exterior del nuevo gobierno norteamericano pone el foco en “cicatrizar” las heridas de sus relaciones con los aliados, dañadas bajo la administración anterior. El flamante inquilino de la Casa Blanca también aseguró que estos vínculos internacionales son uno de los “bienes” más valiosos de Estados Unidos y prometió que Washington trabajaría codo a codo con sus aliados y socios para resolver los desafíos comunes de la humanidad.
La entrega de vacuna anticovid-19 a Afganistán mediante el mecanismo de COVAX, el 7 de febrero. (Foto: AP/KEYSTONE) |
Efectos positivos
Se considera que los primeros pasos oportunos de la administración de Biden revisten un positivo efecto para el panorama internacional de paz y seguridad, y alientan a los países a destinar esfuerzos conjuntos para resolver los retos globales y regionales. Estas iniciativas son también evidencias del lema “Estados Unidos está de vuelta”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, quien asume el cargo de presidente del G7 en 2021, elogió a Biden por sus compromisos para recuperar la posición de liderazgo mundial de Estados Unidos y señaló que está dando pasos de avance asombrosos hacia ese fin. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, calificó los compromisos de Biden en la Cumbre del G7 y la Conferencia de Seguridad de Múnich como claras evidencias del fortalecimiento del multilateralismo y de mayores oportunidades de cooperación en el G7. Con anterioridad, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ya había acogido con satisfacción la decisión de Estados Unidos de retornar al Consejo de Derechos Humanos de la mayor organización mundial como observador después de tres años de ausencia.
Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden, está regresando de forma gradual a su posición de liderazgo para aumentar su influencia en los asuntos globales. A pesar de los cálculos políticos, las decisiones de Biden en el desempeño de su cargo como presidente estadounidense son señales positivas que cuentan con el apoyo de la comunidad internacional.