Simpatizantes de Donald Trump se reúnen para oponerse a los resultados de las elecciones, en Phoenix, Arizona, el 7 de noviembre de 2020. (Foto: AP) |
Las elecciones presidenciales son una oportunidad para que los estadounidenses concedan sus votos a quien creen capaz de dirigir el país y resolver los problemas existentes en el nuevo mandato. Los comicios de este año revelan un número récord de votantes, tanto republicanos como demócratas. Sin embargo, no han encontrado una voz común en sus aspiraciones de un nuevo presidente.
Un país dividido
Los analistas pusieron de manifiesto que el electorado del país norteamericano, en el año 2020, se ha dividido después de décadas. El voto por correo y anticipado ha batido todos los récords en un contexto mundial protagonizado por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, esta es una señal de una división profunda entre los simpatizantes republicanos y demócratas.
Una encuesta de la agencia de noticias AP revela que, después de las elecciones, los seguidores de los Partidos demócrata y republicano mantienen puntos de vista distintos sobre los problemas y desafíos que enfrenta el país. En concreto, los que votan por Biden quieren que el gobierno federal otorgue prioridad a limitar la propagación del virus, incluso si esto significa que la economía pueda sufrir más estragos. Por el contrario, la mayoría de los que apoyan a Trump ansían un enfoque nacional centrado en la economía.
Alrededor del 50% de las personas que votaron por Trump consideran la economía y el empleo como los temas prioritarios para el país. Sin embargo, solo el 10% de los electores de Biden comparte tal opinión.
Con respecto al asunto racial, la amplia mayoría de los seguidores de Biden consideran que el racismo es un problema grave, en comparación con la tasa de 50% entre los simpatizantes de Trump. Tras los comicios, los comerciantes han buscado la manera de proteger sus negocios por miedo a los disturbios. Esto contrasta con la imagen de un acontecimiento que simboliza los valores de la libertad y la democracia de la sociedad estadounidense.
El recuento de votos también constata la escisión social de los estadounidenses. Varios días después de que finalizara la votación, las controversias aún se mantenían. Los simpatizantes del presidente Trump se reunieron para protestar al Comité de Escrutinio, argumentando que favoreció al Partido Demócrata. Por su parte, Donald Trump anunció interponer una demanda legal por los resultados.
Joe Biden y Kamala Harris declaran su victoria electoral en la ciudad de Wilmington, Estado de Delaware, el 7 de noviembre. (Foto: AP) |
Además de la división política, Estados Unidos también enfrenta una segmentación étnica. En 2020 un movimiento de protesta estalló en todo el país, exigiendo igualdad para las personas negras tras la muerte de George Floyd, un afroamericano asfixiado por un policía el 25 de mayo en Minneapolis. Este incidente desencadenó una creciente ola de violencia, que desestabilizó muchas regiones del territorio norteamericano.
Las divisiones en Estados Unidos alimentan el escepticismo sobre cómo el nuevo presidente podrá resolver los asuntos sociales más controvertidos, como la discriminación y el racismo, el control de armas y la atención médica.
Llamado a la solidaridad y la sanación
La historiadora Barbara Perry, directora del Centro Miller de la Universidad de Virginia, manifestó que, excepto durante la Guerra Civil, no creía que la sociedad de Estados Unidos pudiera enfrentar una división tan profunda como la que experimenta la nación en la actualidad.
Frente a las contradicciones existentes en el seno de la sociedad estadounidense, en su discurso postelectoral pronunciado el 7 de noviembre, el candidato presidencial demócrata Joe Biden instó a “fortalecer la solidaridad y tratar de aliviar las divisiones en la política estadounidense”. Biden destacó que este es el momento de sanación y prometió no buscar la división, sino la unidad. Para él, no hay estados “rojos ni azules”, sino Estados Unidos.
Este país enfrenta numerosos desafíos tales como la pandemia del covid-19, conflictos étnicos, atención médica y asuntos externos. En el contexto de un país dividido, será muy difícil para el nuevo presidente implementar políticas para el desarrollo nacional. Solo con un espíritu de unidad y reconciliación, puede llevar a Estados Unidos a superar cada desafío en el próximo mandato presidencial de cuatro años.