Un mensaje de alerta sobre la propagación del covid-19 se lee en Londres, capital británica, el 20 de diciembre. (Foto: Reuters)

El covid-19, detectado en diciembre de 2019, comenzó con un brote epidémico en la ciudad de Wuhan, de la provincia china de Hubei, y fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia.

Con un desmesurado volumen de propagación, la pandemia ha afectado gravemente casi todos los aspectos de la vida social, ocasionando la suspensión del turismo mundial, la interrupción de las cadenas de suministro y el bloqueo de las fronteras. El virus también ha desencadenado una recesión económica mundial con una magnitud mayor que la crisis financiera del periodo 2008-2009. Este retroceso de la economía incluso se ha llegado a comparar con el batacazo económico ocurrido en los años 30 del siglo pasado, conocido como la Gran Depresión.

Cataclismo económico global

Con su desmedida influencia perniciosa, la pandemia de covid-19 será una de las mayores sacudidas económicas del siglo XXI. Según el pronóstico emitido en junio de 2020 por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Producto Interno Bruto (PIB) mundial podría disminuir un 8% en relación con el período anterior a la pandemia. En consecuencia, en lugar de aumentar un 3%, el PIB sufriría una caída del 5%, el mayor descenso desde la Segunda Guerra Mundial. En comparación con la crisis financiera global de 2008 y 2009, que solo provocó que el PIB descendiera un 0,1%, el impacto de la pandemia en este momento resulta mucho mayor.

La enfermedad también ha provocado graves consecuencias, tales como ritmos de crecimiento lentos y el aumento de la deuda de muchos países. De acuerdo con las recientes previsiones del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la ratio endeudamiento/PIB aumentaría hasta el 365% en los próximos meses. Esto causaría un “tsunami de deuda que podría arrasar el mundo”, leyó la fuente e indicó que, para finales de 2020, la deuda global total ascendería a un récord histórico de 277 mil millones de dólares.

El pasado mes de octubre, dos profesores del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, David Cutler y Lawrence Summers, publicaron en la revista de la Asociación Medicinal de Estados Unidos (Journal of the American Medical Association) un artículo titulado “El covid-19 y el virus de los 16 billones de dólares”. Los académicos analizan a profundidad el impacto de la pandemia en la economía estadounidense. La cifra de los 16 billones de dólares es la pérdida económica estimada tan solo en Estados Unidos, la primera potencia mundial, y resulta mayor que el PIB registrado en 2019 de China, la segunda economía más grande del mundo, que alcanzó los 14,3 billones de dólares.

Tras el impacto de la pandemia, la mayoría de las economías del mundo han caído en recesión y ven contracciones en 2020, un sombrío año para la economía mundial en el siglo XXI.

Consecuencias peligrosas

En un informe de resumen anual, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró que unos 100 millones de personas están regresando a vivir en situaciones de pobreza, siendo ésta la primera vez que el índice de pobreza global aumenta considerablemente desde 1998. La recesión económica ha desencadenado una crisis alimentaria en muchas zonas de conflicto y reviste un alto riesgo de desastre humanitario. Con anterioridad, un estudio de la ONU también había indicado que una desaceleración económica debido a la pandemia podría empujar a 130 millones de personas a la hambruna debido a la interrupción de las cadenas de suministro de alimentos.

Además, el documento manifiesta las incertidumbres en los campos turístico, aéreo, educativo, sanitario y de relaciones internacionales.

La pandemia ha aumentado las tensiones entre los países, especialmente las tiranteces entre Estados Unidos y China, así como los conflictos vinculados a las acusaciones sobre el origen pandémico. Según analistas, el covid-19 hizo que las relaciones entre Washington y Beijing descendieran hasta su nivel más bajo.

En términos de educación, el nuevo coronavirus ha ocasionado una interrupción del sistema educativo sin precedentes en la historia, que ha afectado a casi mil 600 millones de estudiantes en más de 100 países y territorios.

En un informe publicado en agosto de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogía su preocupación de que los logros humanos corran el riesgo de desaparecer ya que el 90% de los países en el mundo están afectados por la epidemia.

Sin embargo, el nuevo coronavirus motiva el fortalecimiento de la cooperación entre países para aminorar y paliar sus efectos, y desarrollar y distribuir vacunas antiepidémicas. Además, hace que el proceso de transformación digital se impulse sin precedentes a escala global. Al mismo tiempo, ha modificado en esencia la conciencia sobre la prevención de epidemias en los diferentes países, así como las percepciones de los gobiernos sobre los sistemas de medicina preventiva.