El 24 de febrero de 2022, el presidente Vladimir Putin anunció que Rusia emprendió una operación militar especial para “desmilitarizar y desnazificar Ucrania”, lo que marcó el inicio de un conflicto militar más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Soldados ucranianos en un vehículo militar. (Foto: The New York Times) |
Una confrontación integral
Dos años después de que estallara el conflicto entre Rusia y Ucrania, la gravedad de los combates en el campo de batalla sigue aumentando. Aunque no se han reconocido cifras oficiales de ambas partes, los expertos militares mundiales comparten la misma opinión de que cientos de miles de soldados rusos y ucranianos han resultado víctimas. Los daños a la economía, la infraestructura y el potencial nacional de los dos lados, especialmente Ucrania, no pueden cuantificarse, y ciertamente, todavía no se vislumbran signos de que vaya a terminar el conflicto.
Aparte de eso, el conflicto Rusia-Ucrania continúa cambiando profundamente el entorno de seguridad en Europa y también impacta muchas otras relaciones internacionales. En el viejo continente, se está formando una nueva estructura de seguridad, a medida que dos países nórdicos, incluidos Finlandia y Suecia, abandonan su política de neutralidad de décadas para unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Mientras, los otros países europeos que son miembros de esta coalición militar también aumentaron considerablemente su gasto en defensa.
Lo más preocupante radica en que la ruptura total de las relaciones ruso-occidentales debido al conflicto en Ucrania ha aumentado el riesgo de una confrontación directa entre las dos partes. En los últimos días, una serie de países europeos, como Francia, Alemania, Suecia, Polonia, Rumanía y los tres países bálticos mencionaron públicamente su preparación para la posibilidad de un conflicto con Rusia en los próximos años. Si esto sucede, pondrá al mundo entero en una amenaza existencial. Este riesgo, junto con el conflicto Hamás-Israel en la Franja de Gaza y las tensiones en muchas otras zonas, hicieron que el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtiera: “El orden global actual simplemente no funciona para todos. De hecho, iría más lejos y diría: no está funcionando para nadie. El mundo enfrenta desafíos existenciales. Tan solo que en la actualidad el mundo está más fragmentado y dividido que en cualquier otro momento durante los últimos 75 años.”
Hasta el momento, no hay señales de que Rusia, Ucrania y Occidente vayan a aceptar concesiones. Incluso, los países occidentales han impuesto sus 13 paquetes de sanciones dirigidas a Rusia en todos los campos. Sin embargo, es poco probable que la presión política, militar y económica de Occidente cambie la estrategia de Moscú, ya que la economía rusa aún se mantiene firme frente a las dificultades y logra un crecimiento positivo del 3,6% el año pasado.
Con este resultado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó el 18 de febrero que a su país no le importa cortar todas las relaciones económicas y energéticas con Europa: “Cuanto menos dependiente seamos del sector energético, mejor, porque la parte no energética de la economía rusa está creciendo mucho más rápido que antes. Ellos mismos deberán decidir si Europa va a comprar o no el gas natural ruso, si lo necesitan, lo obtienen; si no, podemos manejarlo sin ellos”.
Buscar soluciones diplomáticas
El creciente enfrentamiento entre Rusia, Ucrania y Occidente reduce gradualmente las esperanzas de una solución diplomática para poner fin al conflicto actual. Sin embargo, la mayoría de los observadores consideraron que la diplomacia es la única opción para el problema. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, en Alemania, el presidente electo de Finlandia, Alexander Stubb, destacó la necesidad de promover conferencias de búsqueda de la paz en Ucrania, incluida una conferencia promovida por Ucrania y Suiza cuya celebración se prevé en el mes de marzo. Sin embargo, también admitió que Occidente no puede esperar resolver unilateralmente el conflicto en Ucrania.
“Creo que primeramente necesita la participación de países como India, China, Arabia Saudita, Nigeria, Sudáfrica y Brasil. Y en algún momento, todos esperamos que Rusia también se siente a la mesa de negociaciones. Pero eso sólo se logrará con suficiente presión internacional, y esa presión debe venir de algún lugar distinto de Occidente, porque Occidente ya eligió bando en este conflicto”.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. (Foto: AFP/VNA) |
En la etapa actual del conflicto, los obstáculos para encontrar una solución diplomática provienen de muchas partes. El año pasado, el presidente ucraniano Volodímir Zelensky firmó un decreto que prohibía las negociaciones con Rusia mientras el presidente Vladimir Putin todavía estuviera en el poder. Mientras tanto, la parte rusa, aunque declara que siempre está dispuesta a negociar, exige a Ucrania y a Occidente que acepten "nuevas realidades territoriales", lo que Kiev rechaza firmemente.
Según Ulrich Bruckner, profesor de Estudios Europeos en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), con sede en Berlín, la opinión pública europea considera el conflicto entre Rusia y Ucrania no como una disputa territorial entre dos países, sino también como una guerra geopolítica entre Rusia y Occidente. Por lo tanto, será difícil priorizar los esfuerzos diplomáticos hasta que se determinen resultados claros en el campo de batalla.