El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el viceprimer ministro chino Liu He tras la firma del acuerdo comercial de fase 1 en Washington DC el 15 de enero. (Foto: Xinhua/ VNA)
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Según evaluaciones, el último acuerdo comercial entre Estados Unidos y China es más incompleto que la mayoría de los compromisos anteriores del mismo tipo, pero se reconoce como un intento de reducir las disputas entre las dos economías más grandes del mundo en muchas áreas. Diversos expertos dicen que eso facilitará la próxima ronda de conversaciones bilaterales al respecto.
Sin resolver problemas mayores
Con el nuevo pacto, ambos países retirarán gradualmente algunos de los aranceles que han ido aplicando en los últimos 18 meses. En concreto, China se compromete a realizar “compras sustanciales adicionales” de productos y servicios estadounidenses por valor de 200 mil millones de dólares durante los próximos dos años. A cambio, Washington no impondrá aranceles a bienes del gigante asiático por un valor de 160 mil millones de dólares, una medida cuyo efecto tuvo que haber tenido lugar el pasado 15 de diciembre. Al mismo tiempo, el país norteamericano restringirá la aplicación de gravámenes a algunos otros productos chinos.
El convenio parcial que consta de nueve capítulos, incluye un mecanismo de solución de disputas y medidas sobre la propiedad intelectual, entre otros asuntos. Sin embargo, en la práctica no resuelve a fondo de los desacuerdos entre las dos potencias por los subsidios industriales e incentivos para empresas estatales en China.
Por un lado, el punto más importante en el conflicto comercial es que Washington siempre se ha opuesto a la protección por parte de Beijing de sus industrias clave, para ayudarlo a obtener una ventaja competitiva. Pero ese tema no se menciona en el pacto de fase 1. Además, siguen teniendo lugar enfrentamientos comerciales y arancelarios entre ambas partes, lo que desacelerará la economía global.
Por otro lado, China demuestra una actitud cautelosa ante los pasos próximos de Estados Unidos. El diario chino Global Times reconoció que los principales problemas en las relaciones comerciales binacionales siguen sin resolverse y calificó de “difíciles” los esfuerzos por llevarlas a la normalidad. También duda de que Estados Unidos vuelva a repetir sus “antiguos trucos” si continúan las disputas entre ambos en el futuro.
A pesar del escepticismo, la primera parte de un acuerdo comercial entre Washington y Beijing ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros mundiales. Los precios del oro cayeron debido a que los inversores se volcaron hacia activos de mayor riesgo. Los tres principales índices de Wall Street establecieron nuevos récord el 15 de enero pasado. El pacto también promete conseguir la confianza de los empresarios y el crecimiento económico en muchos países del mundo.
Existen cuestiones espinosas
Evidentemente, la implementación del acuerdo comercial de fase 1 entre Estados Unidos y China será muy importante para consolidar la confianza mutua e impulsar las negociaciones venideras. La consecución del pacto ha aliviado en parte sus tensiones, pero todavía existen muchos “diferendos”, como el comercio digital, la ciberseguridad y la política de subsidios del Gobierno chino para las empresas estatales. Además, el problema de Hong Kong y la comunidad musulmana en China, pueden ejercer impactados en las relaciones bilaterales en cualquier momento.
A tal efecto, el acuerdo recién alcanzado no pudo resolver todos los problemas comerciales entre las dos partes. Pero según los observadores, es un paso positivo para ayudarles a evitar una guerra comercial “feroz”. Se espera que se aborden cuestiones más espinosas en futuras negociaciones.