 El veterano Lam Van Bang presenta los objetos exhibidos en el museo |
El museo fue creado por el veterano Lam Van Bang en su propia casa con su presupuesto. En el sitio se encuentran 15 guardianes permanentes y 25 voluntarios, y casi todos, incluido el dueño del museo, eran combatientes revolucionarios encarcelados por las fuerzas enemigas durante la pasada guerra.
En un recinto de 2 mil metros cuadrados se exhiben 4 mil fotos, documentos y objetos, algunos se exponen regularmente en otras localidades para alentar a los lugareños a enaltecer el espíritu revolucionario. Algunas muestras son donaciones de diferentes organismos estatales, instituciones, individuos o veteranos y atesoran las memorias emocionantes sobre los momentos más críticos pero épicos de la vida de dichos combatientes. En este sentido, Kieu Van Uych, vicedirector del museo, reveló: “Los objetos sacados de la prisión enemiga están teñidos con la sangre de nuestros compañeros tales como dientes rotos y proyectiles alojados en el esqueleto enterrado. El museo tiene 3 zonas con 8 salas de exhibición donde trabaja también una célula del Comité del Partido Comunista del distrito de Phu Xuyen cuyos militantes fueron encarcelados en la prisión de Phu Quoc. Este era el techo común de los combatientes detenidos por los enemigos”.
 Figuras de soldados vietnamitas torturados en la prisión de Phu Quoc durante la guerra antiyanqui |
Los objetos exhibidos revelan el infierno terrenal que vivieron esos patriotas, conmoviendo a numerosas personas. Dong Thi Hop, una voluntaria del museo, contó: “Aquí hay muchos objetos preciados como la bandera del Partido Comunista con sangre que se usó en los actos de ingreso de los nuevos militantes encarcelados o de luto en homenaje a los fallecidos en la prisión de Phu Quoc. En la cárcel, el señor Nguyen The Nghia creó la bandera aprovechando una pieza de tela y dibujándola con sangre. Las imágenes del martillo y la hoz fueron teñidas de amarillo con una pastilla de este color remojada en agua. Esta insignia es la más sagrada, pues creo que no existía en el mundo una segunda bandera de este tipo”.
El museo preserva el espíritu revolucionario para que las generaciones posteriores comprendan los sacrificios de sus antepasados. Lam Van Bang, director del lugar, afirmó lo siguiente: “Los combatientes revolucionarios detenidos, pese a las torturas enemigas, mantenían la lealtad absoluta al Partido y la Patria. Hay que recordar que nuestra vida de hoy se debe principalmente a la dirigencia sabia del Partido y los sacrificios de los héroes, inválidos y mártires de guerra y las contribuciones de todo el pueblo. Nunca olvidaremos sus labores nobles”.
 Los visitantes participan en la ceremonia de ofrenda de inciensos en homenaje póstumo a los combatientes fallecidos por la independencia nacional en la prisión de Phu Quoc |
La entrada al museo es gratuita y los visitantes son recibidos como si fueran familiares de los trabajadores de aquí. Después de la ceremonia de ofrenda de inciensos en honor a los combatientes revolucionarios fallecidos por la independencia nacional, son acompañados por los guías a recorrer el lugar y escuchar su presentación sobre la historia de los objetos y documentos exhibidos, además de comer juntos con los funcionarios del museo. En este sentido, el establecimiento se ha convertido en un sitio de interés histórico para numerosos ciudadanos, entre ellos, los jóvenes.