Para los pobladores de las etnias Bana y Jarai en la provincia de Gia Lai, el festival empezó varios días antes de su apertura. Todos se sumaron con entusiasmo a los preparativos del acontecimiento.

Particularmente, los jóvenes miembros del grupo de gongs y batintines de la ciudad de Pleiku se enfrascaron en los ensayos, con el deseo de contribuir al éxito del festival.   

Los 30 integrantes de esta banda, de 15 a 30 años de edad, comparten la misma pasión por los instrumentos y bailes autóctonos. Bajo la guía de su jefe Siu Thom y gracias al apoyo mutuo, todos se aprestaron a participar en el festival, con un destacado dominio de los ritmos y movimientos.

Rocom H’Huyen, la miembro más joven de este grupo, expresó: “Comencé a ensayar con el resto del grupo hace poco tiempo. Esta es la primera vez que participo en un gran festival cultural de la provincia de Gia Lai. Por eso, me siento muy orgullosa y feliz. Ensayamos con toda dedicación y entusiasmo para presentar al público las mejores interpretaciones y enaltecer el arte tradicional de nuestro pueblo”.  

En los esfuerzos por conservar y promover el espacio cultural de gongs y batintines, la Dirección de Cultura, Deporte y Turismo de la provincia de Dak Lak organiza clases para enseñar a los jóvenes a tocar esos instrumentos musicales típicos, comenzando por las técnicas y los conocimientos básicos.

De acuerdo con Dang Gia Duan, vicejefe de dicha entidad, tal es la mejor manera para salvaguardar el patrimonio cultural intangible de Tay Nguyen y de la humanidad. “El número de expertos instrumentistas en Dak Lak se reduce cada vez más. Frente a esta realidad, tratamos de organizar clases invitando a los artesanos a participar a fin de transmitir las técnicas de tocar gongs y batintines a las actuales generaciones”.

Durante sus tres días, el Festival Cultural de Gongs y Batintines de Tay Nguyen atrajo la participación de mil dos cientos artistas y artesanos de cinco provincias de la región. Las actividades principales incluyeron una fiesta callejera en la ciudad de Pleiku, reproducción de algunos rituales y festividades de los pueblos autóctonos como las celebraciones de la nueva cosecha y por el estreno de una casa, demostraciones del arte de ajustar batintines, crear estatuillas de madera y tejer brocado, lectura de epopeyas, interpretación de cantos folclóricos, una exposición de fotografías y un concierto con instrumentos tradicionales. Desde luego, el centro de estos programas fue el nutrido repertorio de gongs y batintines.

El festival, que se organiza anualmente y de modo alternativo en varias localidades de Tay Nguyen, sigue siendo una ocasión propicia para promover la imagen de las Tierras Altas centrales de Vietnam, incluidas sus potencialidades y ventajas turísticas, y exaltar aún más el espacio de gongs y batintines, uno de los patrimonios culturales intangibles representativos de la Humanidad.