Sin pisos apilados ni hormigón armado, hecha de tierra y con las manos hábiles del hombre, esto es una descripción concisa sobre cómo se erige una casa trinh tuong. Cada vivienda de este tipo representa un proceso de trabajo esmerado de los albañiles. Las paredes se solidifican capa por capa durante decenas de días. El techo se solapa con pajas o con tejas cóncavas y convexas yin-yang, una cubierta de barro cocido popular en las construcciones de tiempos pasados, lo cual agrega un sentido de suavidad y armonía a la morada en el fondo de los inmensos bosques y montes. Gracias a ese método de la antigüedad, las casas trinh tuong permanecen inmunes a climas hostiles, frescas en verano y cálidas en invierno.
Casas antiguas de arquitectura tradicional en la meseta rocosa de Ha Giang. (Foto: Khanh Hoa/NEWS) |
Ly Ta Muoi, dueño del homestay QuanBa Taigoo en el distrito de Quan Ba, provincia de Ha Giang, comentó: “La casa trinh tuong está vinculada con la cultura de los pobladores de las regiones montañosas. Por ejemplo, el cien por ciento del pueblo Dao aquí tiene sus viviendas construidas de esa manera.
De ser un mero lugar de residencia, la casa trinh tuong ha llegado a ocupar un papel de relevancia en el turismo comunitario en Ha Giang. En todas las localidades de la provincia se pueden encontrar viviendas de ese tipo pero modernizadas de una forma que no desvanezca sus rasgos tradicionales, dando como resultado albergues imbuidos de la identidad cultural autóctona y también al gusto de los turistas foráneos.
El techo de tejas yin-yang, característico de las viviendas de ladrillo. (Foto: Khanh Hoa/NEWS) |
Las familias prestadoras del servicio homestay conservan sus casas tradicionales y a la vez las equipan lo suficientemente para satisfacer a los visitantes. Por ejemplo, además de un único espacio que todos los huéspedes comparten, ofrecen habitaciones para quienes prefieran privacidad. A los turistas extranjeros les encanta el modelo, expresó Luong Duy Doanh, director de la empresa de viajes Five Stars.
La experiencia de alojarse en una casa trinh tuong es nueva para numerosos viajeros, permitiéndoles vivir despacio y en mayor consonancia con la tierra y el cielo. Bajo su techo, la cultura no se aprende simplemente a través de la narración, sino de la convivencia y la percepción por todos los sentidos.
Durante su estancia, los visitantes también escuchan anécdotas sobre etnias locales como los Mong, Dao y Lo Lo, aprenden a elaborar pasteles de arroz glutinoso y licor de maíz, o simplemente se juntan por la noche alrededor de la fogata, disfrutando las melodías de la flauta khen y uniéndose a la tradicional danza del bambú.
Escena de la vida cotidiana en una casa trinh tuong. (Foto: Khanh Hoa/NEWS) |
Vo Thi Thanh Truc, originaria de la central ciudad de Da Nang, compartió lo siguiente sobre su primer viaje a Ha Giang: “Grabé imágenes de sus singulares casas en cada aldea que visité. Me encanta su sencillez. Esta mañana he dado un paseo y cada casa aquí me deja una maravillosa impresión”.
En un mundo profundamente sometido a la industrialización, Ha Giang todavía consigue preservar las casas “trinh tuong” como recordatorio de su identidad. Se trata de una prueba elocuente de que la cultura, con una apropiada atención, no quedaría obsoleta, sino que podría convertir sus lugares de origen en destinos atractivos.