Actividades prácticas en apoyo a las víctimas vietnamitas del agente naranja

Lê Phương
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(VOVWORLD) -Han pasado muchos años desde el final de la guerra en Vietnam, pero el dolor causado por el agente naranja sigue golpeando a las víctimas expuestas a este químico tóxico en el país. Como un esfuerzo para aliviar en parte sus dificultades, la Asociación de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina de Vietnam (VAVA) y las autoridades locales han desplegado numerosos programas de asistencia para esas personas, incluidos la construcción de casas de solidaridad, la donación de vacas y el otorgamiento de préstamos con tasas preferenciales, entre otros. Estas actividades han ayudado a los afectados a superar los obstáculos para estabilizar sus vidas e integrarse a la comunidad.

Nguyen Van Minh, un exsoldado voluntario de la provincia central de Quang Tri, que luchó en el campo de batalla de Laos, fue infectado por la dioxina. Su primer hijo, de 20 años de edad, por las secuelas del defoliante, no puede cuidarse por sí solo. Además, tanto el veterano como su esposa no tenían empleos estables. Sin embargo, gracias al crédito otorgado por la Asociación provincial de Víctimas del Agente Naranja/Dioxina, Minh abrió un pequeño establecimiento de fabricación de materiales de construcción. Ahora, su familia ha logrado estabilizarse. Compartió: “El financiamiento otorgado por las autoridades competentes me ayudó a desarrollar mi negocio. En los últimos tiempos, la economía familiar ha mejorado y nuestros hijos también tienen la oportunidad de ir a la escuela. Espero que las autoridades competentes puedan ayudar a más personas a salir de la pobreza”.

Actividades prácticas en apoyo a las víctimas vietnamitas del agente naranja - ảnh 1Duong Thi Lan, la hermana mayor de la veterana de guerra Duong Thi Binh alimentando a las vacas. (Foto: Nam Trang)

Mientras, la veterana de guerra Duong Thi Binh, residente en el distrito de Krong Buk, provincia altiplánica de Dak Lak, tiene un grado de discapacidad superior al 80% al ser infectada por la dioxina. Su vida depende en gran medida de la ayuda de su hermana mayor, Duong Thi Lan. Aparte del subsidio del Estado, solo obtiene ingresos de su pequeño huerto privado. Hace dos años, se le ofreció una casa de solidaridad y una vaca para que ambas mujeres estabilizaran sus vidas. La señora Lan dijo: “Antes vivíamos en una vieja casa, a punto de derrumbarse. Pero gracias al apoyo del gobierno distrital, ahora tenemos un hogar acogedor. Además, también nos concedieron una libreta de ahorros y una vaca para generar ingresos y salir de la pobreza”.

Los casos mencionados son dos de los 3 millones de víctimas aquejadas por los efectos de esa sustancia nociva en Vietnam, quienes siempre reciben una especial atención de las autoridades a diferentes niveles y toda la sociedad. Además de mejorar los medios de vida de esas personas, las localidades se enfocan en enseñarles una profesión adecuada a sus condiciones de vida, su estado de salud y su nivel de conocimiento. Con actividades prácticas, las filiales de la VAVA alientan a las víctimas de la dioxina para seguir avanzando hacia adelante. Ngo Song Hao, presidente de esta entidad en Dak Lak, informó: “Estudiamos la situación de cada persona para brindarle asistencia oportuna. Concienciamos a la comunidad sobre su responsabilidad hacia ese grupo poblacional, además de movilizar los recursos financieros para ayudar a los afectados a superar las dificultades, mejorar su nivel de vida e integrarse en la sociedad”.

Dar medios de vida estables e incrementar sustancialmente los ingresos para las víctimas del agente naranja en el país son las tareas primordiales de la VAVA. Se trata de una actividad de profundo humanismo para responder a las expectativas y las necesidades de los más desfavorecidos.

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